La existencia o no de seres extraterrestres en el universo es una pregunta para la que, de momento, no existe respuesta. No hay pruebas concretas y materiales de que existan, está claro… pero tampoco de lo contrario. De ahí las interminables misiones espaciales, tanto de la NASA como de otras agencias internacionales, que buscan algún signo de vida fuera de la Tierra, ya sea presente o pasado.

Pero, ¿y si estos hipotéticos seres extraterrestres hubieran visitado ya en el pasado nuestro planeta, quedándose ocultos entre los terrícolas, en bases secretas, o bien en la Luna? Es una opción muy remota, por no decir imposible, pero que ha sido planteada recientemente por tres científicos del departamento Ciencias Sociales de la Universidad Tecnológica de Montana y del Programa de Desarrollo Humano de Harvard: Tim Lomas, Brendan Case y Michael P. Masters.

Bajo el título ‘La hipótesis criptoterrestre: un caso a favor de la apertura científica a una explicación terrenal oculta para un fenómeno anómalo no identificado’ (en inglés, ‘The cryptoterrestrial hypothesis: A case for scientific openness to a concealed earthly explanation for Unidentified Anomalous Phenomena’), los expertos plantean en su artículo, a falta de revisión por pares, que los avistamientos de ovnis (rebautizados por la NASA como FANI; fenómenos anómalos no identificados) podrían ser obra de ‘criptoterrestres’.

Un tema abordado en numerosas ocasiones en el mundo cinematográfico, a través de relatos de ciencia ficción. Pero que, ahora, varios expertos lo plantean en un artículo. Estos ‘criptoterrestres’ serían seres inteligentes, y más avanzados desde el punto de vista tecnológico, que vivirían ocultos en estructuras subterráneas de la Tierra y en la Luna.

El ‘Caso Conil’ y los seres de otro tiempo

Estas bases subterráneas podrían situarse cerca de volcanes o bajo el océano, lugares en los que se afirma haber avistado ovnis. De hecho, ponen el ejemplo de un informe de 1987, cuando un objeto submarino no identificado habría seguido a una fragata neozelandesa. Incluso, caminarían entre nosotros como si fueran humanos.

Esto último es lo que llegaron a asegurar que presenciaron cinco jóvenes en Conil de la Frontera, en el año 1989. El llamado ‘Caso Conil’, en el que estos jóvenes, un 29 de septiembre de 1989, afirmaron haber visto en la playa de Los Bateles la aparición de seres extraterrestres adoptado una forma humana.

Una hipótesis que ya fue planteada en el año 2022, por el físico e ingeniero Harold E. Puthoff, quien describía a estos seres como “culturas terrestres ocultas”. En su planteamiento, Puthoff sitúa a estos seres con posibles orígenes interdimensionales o criptoterrestres homínidos o terópodos. Una hipótesis que, ahora, recogen los expertos de Harvard.

Así, en su artículo sugieren que los avistamientos de ovnis involucrarían a seres de otras dimensiones, que coexistirían con las cuatro dimensiones que conocemos (incluyendo el espacio-tiempo). Esto haría que estos seres viajaran desde otra dimensión, llegando a diferentes periodos de la historia terrestre.

Finalmente, esta teoría de los ultraterrestres o criptoterrestres plantea que estos seres podrían haber llegado a la Tierra desde otro planeta o incluso otro periodo de tiempo, siendo una “menos tecnológicos que mágicos”. “Entidades que se parecen menos a extraterrestres y más a ángeles terrestres, que se relacionan con el mundo habitado por los humanos de formas que son menos tecnológicas que mágicas”, explican en el texto.

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