Otra buena noticia suma este comienzo de 2023 el gobierno. Si el lunes se informó que se mejoraron las cuentas públicas logrando el primer superávit fiscal efectivo en más de una década, el miércoles el Imacec de diciembre cayó menos de lo esperado lo que llevó a que el Producto Interno Bruto (PIB) de 2022 fuera de 2,7% mayor al previsto por el mercado de 2,5%.

Y ahora, siguiendo esa tendencia, el riesgo país de Chile se ubicó en su menor nivel desde principios de junio de 2022. El Credit Default Swap de Chile (CDS) a cinco años, (instrumento financiero que mide el riesgo de impagos transado en dólares) llegó a 95,0 puntos.

El riesgo país es la diferencia entre la tasa de interés que paga el Gobierno de Chile y la tasa que paga el Tesoro de los Estados Unidos, sobre bonos emitidos a los mismos plazos y en las mismas condiciones. Esta mayor tasa de interés, que se traduce en un pago adicional, se asocia al mayor riesgo que perciben los inversionistas por prestarle financiamiento a Chile ya que suponen que nuestro país tendría una menor capacidad de pago de sus deudas que Estados Unidos.

Esta tendencia a la baja también se refleja en algunos países de la región, pero con niveles más altos al chileno. Brasil, por ejemplo, cerró la jornada de este jueves en 213 puntos, Perú en 107,8 puntos, México en 107,0 puntos y Colombia con 248,6 puntos.

El riesgo país se mide en puntos base, donde 100 puntos base equivale a un punto porcentual. Cabe mencionar que el riesgo soberano impone, en la mayoría de los casos, un piso a las tasas de interés, internas y externas, a la que las empresas y consumidores pueden endeudarse. Luego, si el riesgo soberano es mayor, las tasas de interés de los créditos para el sector privado serán más altas.

¿Qué lo explica? Los expertos afirman que hay factores externos como internos detrás de la disminución del riesgo país. En el primero, destaca la menor incertidumbre global debido a que la Fed ya ha comenzado a dar señales de que el alza en su tasa de interés no superará el 5% e incluso ayer, el presidente de la entidad, Jerome Powell, señaló que “podemos decir por primera vez que el proceso desinflacionario ha comenzado”.

En lo interno, los expertos mencionan la menor incertidumbre que ha habido luego del rechazo del plebiscito y que el nuevo proceso que avanza de manera ordenada, las mejores cifras fiscales y el cierre de 2022 de la actividad económica.

Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, sostiene que detrás este menor riesgo “se identifican factores globales como locales. Del primero, se reconoce en los últimos meses una caída de las tasas de interés de más largo plazo, recogiendo un mejor ánimo de los mercados y señales que la inflación en el mundo está bajando”.

En ese sentido, Lehmann, argumenta que “el propio FMI da cuenta en su reciente informe que los riesgos globales han bajado y las perspectivas son más favorables, lo que se refleja además en mayores precios de commodities. Esto ha llevado a menores premios por riesgo en el mundo emergentes, que por cierto se han reflejado en nuestros instrumentos”.

En lo interno, el economista comenta que “tras el rechazo a la propuesta constituyente en septiembre pasado, el ánimo ha mejorado, entendiendo que los riesgos para Chile se ven más acotados. Escenarios altamente disruptivos como los que se temía hoy no se advierten reconociéndose una mayor disposición para el diálogo y los acuerdos”.

Martina Ogaz, economista de Euroamerica agrega que “las cifras económicas locales han mejorado lo que se ha sumado a un escenario político con menor incertidumbre luego del rechazo de la propuesta constitucional el 4 de septiembre”. En particular, Ogaz destaca “una inflación que durante la segunda parte del año 2022 comenzó a retroceder de los máximos alcanzados, mientras que las cifras de actividad han sorprendido positivamente lo que hasta ahora estima que tendremos una contracción de la actividad menos profunda a lo estimado inicialmente”.

Para la analista, a nivel político “se ha reducido la incertidumbre ante la realización de un nuevo proceso de discusión constitucional más acotado en el tiempo y en los temas a reformar”.

A nivel externo, Ogaz puntualiza que como economía emergente es relevante el escenario internacional, sin embargo, dice que “en los años recientes, el escenario económico y político local ha sido más determinante tanto en el deterioro que tuvieron los CDS como también por el lado contrario en la recuperación que tuvieron estos durante los últimos meses”.

Para Tomás Flores, economista de LyD, comenta que “hay una reducción global del riesgo país, tanto en países desarrollados como en desarrollo, lo cual refleja las mejores perspectivas de crecimiento para 2023 dada la reapertura de China y el menor impacto del shock energético en el PIB de Europa”.

El factor fiscal

A principios de esta semana, Hacienda junto a la Dirección de Presupuestos informaron el cierre del año fiscal 2022. En ese reporte señalaron que el gasto público se contrajo 23,1% retirando todo el estímulo que estuvo presente en 2021 para hacer frente a la crisis económica que provocó el Covid-19. Y el balance efectivo del Gobierno Central Total acumuló un superávit anual de 1,1% del PIB, siendo el mejor resultado desde 2011.

Estos buenos resultados ayudaron también a que el riesgo país siga reduciéndose. Para Ogaz “es un factor adicional, ya que dada la magnitud de las ayudas sociales que se entregaron durante la pandemia, existía el riesgo de volver a entregar ayudas universales frente a una actividad que se desaceleraría de forma importante. Cumplir con el objetivo de superávit fiscal es positivo, y mantiene la credibilidad del Estado de Chile respecto a la responsabilidad fiscal, lo que quita un riesgo adicional al país”.

Asimismo, Lehmann asevera que “sin duda el cierre fiscal mejor a lo anticipado es una buena señal”. De todas formas, puntualiza que “hay factores que son de carácter transitorio por lo que es clave mantener la disciplina, con responsabilidad y mirada de largo plazo”.

Mientras que Flores argumenta que “si bien el resultado fiscal de 2022 se explica de manera importante por el ajuste de gasto decretado por el gobierno anterior, es meritorio que la actual administración no hubiese comprometido gasto permanente con los ingresos transitorios del litio y del cobre”.

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