En 2022 la inflación cerró en 12,8%, su nivel más alto en 31 años. Y si bien para 2023 las previsiones apuntan a un descenso paulatino, enero fue un mes en que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) nuevamente sorprendió al alza. Es que el 0,8% que se registró no estaba en el escenario de ningún analista, lo que generó dudas de qué tan rápida será la desaceleración del costo de la vida. Mientras el Banco Central anticipa que la inflación retrocederá a un cierre en 3,6% este año, el Ministerio de Hacienda pronóstico un 4% en su último Informe de Finanzas Públicas.

Bajo ese contexto, las miradas se centran ahora en cómo evolucionó el IPC en febrero, resultado que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dará a conocer el próximo 8 de marzo.

Si a fines de enero se esperaba un IPC de 0,5% para el presente mes, ahora las expectativas están un poco más acotadas y se centran entre 0,4% y 0,3%. De concretarse un registro en dicho rango, el acumulado de los dos primeros meses del año estaría entre 1,1% y 1,2%, mientras que la inflación en doce meses o anual volvería a subir, aunque de manera leve, pasando del actual 12,3% a entre 12,4% y 12,5%.

En la parte baja de las expectativas se ubica Pavel Castillo, gerente de Intelligence de Corpa, quien espera un alza de 0,3%. “La baja del tipo de cambio, la alta TPM (Tasa de Política Monetaria) y el enfriamiento de la economía, son factores que están presionando a la baja la inflación. Sin embargo, vemos un fuerte componente de indexación que sigue presionando al alza. Esto lleva a que la inflación esté siendo mayor a la proyectada inicialmente por la mayoría de los analistas”, sostiene. Una mirada similar tiene el economista de Libertad y Desarrollo (LyD), Tomás Flores, quien también prevé un 0,3%.

Ya entre quienes esperan una variación de 0,4% están Felipe Ruiz, economista de Bci, y Felipe Alarcón, economista de Euroamerica.

Los productos detrás del alza

Para Ruiz, el alza que hubo en febrero “estaría explicada por aumentos en precios de algunos bienes y servicios con una estacionalidad más marcada que en otras ocasiones”, y añade que “respecto a vestuario anticipamos un incremento en torno a 1% en el mes, pero en enero ya se registró una sorpresiva alza en este ítem, por lo que esperamos alguna moderación. Asimismo, los precios de alojamiento y restaurantes también subirán, acorde con lo registrado también en enero”.

Mientras que Alarcón espera alzas en harina, pastas, leche en polvo, azúcar, vestuario, arriendo, gas por red, gas licuado, servicio doméstico y transporte interurbano. También se mencionan los útiles escolares.

Por el lado de las bajas, los economistas destacan productos como la carne de vacuno, carne de cerdo y de pollo, aceite vegetal, manzana, tomate, parafina, gasolina, diésel y paquete turístico.

Ya para marzo, nuevamente los expertos esperan una aceleración del IPC con respecto a febrero, con expectativas que fluctúan entre 0,6% y 1%. “Para marzo, estimamos un IPC en torno a 1%, siendo explicado casi en su totalidad por el ítem educación, cuyos precios se ajustarían al menos en la inflación total del 2022″, menciona Ruiz. Misma previsión es la que tiene Flotes, quien espera un 1% en marzo impulsado por las alzas de aranceles de educación. No obstante, dicha variación sería sustancialmente menor al IPC de 1,9% que se anotó en marzo de 2022, con lo cual, la inflación anual se podría acercar hacia 11,5%.

En ese escenario, la siguiente pregunta apunta a determinar cuándo los precios en 12 meses se ubicarían bajo los dos dígitos. Y para responder ello nuevamente hay distintas expectativas. Algunos economistas tienen en su panorama base que eso ocurriría tan pronto como en abril. Es el caso de Pavel Castillo, quien subraya que “en nuestro escenario base proyectamos que en abril la inflación anualizada se ubicará en 9,8%”. No obstante, la mayoría apuesta porque sea mayo el mes en que ya se comience a ver una reducción más sostenida en el tiempo, para finalizar el año entre 4% y 5%.

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