El mercado laboral está pasando por un período de contracción en los últimos meses, en línea con la desaceleración de la actividad económica y las perspectivas para la actividad para el resto del año.
De acuerdo con las últimas cifras del INE, el desempleo a nivel nacional llegó en marzo a 8,8% -870 mil personas-, en la que es su quinta alza consecutiva y su máximo desde julio de 2021. De acuerdo a su Encuesta de Empleo, en el trimestre móvil enero-marzo los ocupados llegaron a 9.009.150 de personas, lo que implica un aumento de los puestos de trabajo de solo 2,4%, la tasa más baja desde abril de 2021 cuando aún el país estaba en medio de cuarentenas. Mientras, la fuerza de trabajo creció 3,5% en 12 meses. Este martes se conocerá la situación para el período febrero-abril.
En este contexto, el escenario para los trabajadores asalariados -con contrato- también se ha deteriorado, creciendo solo 2,3% en el período, su menor alza en casi dos años, lo que es más preocupante debido a que es considerado un empleo de mejor calidad, al tener prestaciones de seguridad social.
Sin embargo, la baja creación de puestos de trabajo asalariado no es una situación reciente. De acuerdo a un estudio realizado por el Centro de Investigación de Empresa y Sociedad (CIES) de la Universidad del Desarrollo, tomando la base de datos de la Superintendencia de Pensiones a marzo, muestra que en la última década, la tasa de empleo asalariado se estancó.
Según el documento, en 2003 el 23,6% de las personas mayores de 15 años tenía un empleo dependiente con cotizaciones. Luego, “entre los años 2004 y 2013, la creación de empleo más que se duplicó, elevando el porcentaje de personas con empleo dependiente dentro de la población mayor de 15 años del 24% en 2004 al 35% en 2013. A partir del año 2014 hasta la fecha actual, la ocupación apenas ha experimentado cambios, y la tasa de creación de empleo en dicho periodo ha disminuido hasta alcanzar el 1,9% anualizado. Si esto sigue en lo que queda de 2023 se completará una década pérdida en la creación de empleo”, señala el informe.
A marzo de 2023, esa variable se sitúa en 38,3%. “Si hubiésemos mantenido el mismo ritmo de crecimiento del empleo que hubo en el período 2007-2013 (5,3% anualizado), hoy tendríamos una tasa de ocupación del 49%. En ese caso, la brecha con la Ocde se reduciría a tan solo 640 mil empleos y se cerraría en el año 2025. En contraste, bajo las condiciones actuales, necesitaríamos 99 años para alcanzar la tasa promedio de la Ocde”, advierte.
Así, el estancamiento de la tasa de empleo asalariado en el país nos sitúa actualmente con una brecha de 15 puntos porcentuales en comparación con los países miembros de la Ocde bajo la misma métrica. De hecho, solo Italia, Costa Rica, México y Grecia muestran tasas de empleo asalariado menores que la chilena.
“Para equipararnos con el promedio de ocupación de dichos países (Ocde), sería necesario crear 2,7 millones de empleos asalariados adicionales”, puntualiza el autor del estudio y director ejecutuvo de CIES-UDD, Víctor Martínez.
Para aumentar la tasa de empleo asalariado, sostiene el informe, se necesita avanzar en factores clave como el empleo femenino, mejorar las habilidades y capacidades especializadas, y mayor crecimiento económico.
Sobre esto último, Martínez indica que “el periodo comprendido entre los años 2007 y 2013, en el cual se creó un elevado número de empleos, estuvo asociado a un periodo de alto crecimiento económico. El aumento de la inversión y la llegada de proyectos que requieren un mayor nivel de capital humano tuvieron como resultado la generación dinámica de empleo. Incrementos del salario mínimo por sobre la productividad y el crecimiento se dieron en el periodo de baja creación de empleo”.
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