El Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió 0,1% en mayo, un avance que se ubicó bajo el consenso del mercado -que proyectaba un alza en torno a 0,4%-, informó este jueves el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Con esta variación, el dato anualizado se moderó desde el 9,9% observado en abril a 8,7%, posicionándose como el menor registro desde febrero de 2022.
De esta forma, y aunque a paso lento, la persistencia inflacionaria que desde hace tiempo pesa sobre el país ha comenzado a ceder, de la mano con la ralentización de la actividad y una acción monetaria más contundente por parte del Banco Central con miras a retomar el equilibrio.
«Es claro que la economía está teniendo una trayectoria decididamente decreciente materia de inflación», afirmó el ministro de Hacienda, Mario Marcel, y comentó que espera que en agosto la inflación en el país ya sea la mitad de lo que era el año pasado y que «a fin de año estemos por debajo del 5%».
¿Recorte de tasa?
Ahora bien, ¿cómo interpretan los analistas estos últimos datos? ¿Se puede hablar de cierto control inflacionario? Para Patricio Jaramillo, director de Riesgo Financiero en Deloitte, «la variación anual de 8,7% en el IPC general es coherente con la corrección que estábamos esperando en la inflación», y que ello «parece congruente con el fuerte ajuste realizado por el Banco Central en su Tasa de Política Monetaria (TPM) y el efecto que está teniendo en la actividad, reduciendo las presiones inflacionarias asociadas a la brecha de producto».
Y precisó que en la Reunión de Política Monetaria (RPM) a realizarse el próximo 19 de junio «el dilema que enfrentará el Banco Central, será si sorprender nuevamente al mercado, luego de su cuestionada decisión en la RPF pasada en que activó el colchón contracíclico, o bien preparar comunicacionalmente el terreno en junio para mover la TPM en julio en una dosis entre 50-75 puntos bases».
De acuerdo a Priscila Robledo, economista jefe en Fintual, «el dato confirmó la tendencia de baja en las medidas más subyacentes de inflación anual. Todo esto son buenas noticias. La inflación en el segundo trimestre probablemente será algo menor de lo que proyectaba el Banco Central, lo cual le da argumentos a la entidad para comenzar relativamente pronto los recortes de tasa».
Eso sí, Robledo recordó que «así como hemos visto sorpresas positivas, también hemos visto negativas. Aún quedan elementos importantes que el Central tendrá que considerar de aquí a la reunión de julio, como la inflación del mes de junio y la reunión de la Reserva Federal (Fed). A la espera de eso, creemos que en la próxima reunión el Central no cerrará la puerta para comenzar a recortar en julio».
El economista jefe de Coopeuch, Felipe Ramírez, expuso que «la inflación de mayo estuvo bajo lo esperado, lo que constituye una buena noticia para el proceso de convergencia de la inflación a la meta del 3%. Sin embargo, analizando los desagregados, existen algunos matices que llaman a mantener la cautela».
En ese sentido, mencionó: «que la inflación de mayo se haya situado bajo lo esperado es positivo para los efectos de segunda vuelta ligados a la indexación. El alto IPC sin volátiles, sin embargo, entrega al Consejo una cuota de incomodidad, lo que desecha la posibilidad de una baja de TPM en la RPM de junio. La definición entre julio o septiembre para el comienzo de la normalización monetaria dependerá de los próximos registros de inflación y actividad».
En tanto, Claudia Sotz, economista jefe de Tanner Investments, apuntó que «la evidencia empírica nos muestra que en general, cuando pasamos por períodos de elevados registros inflacionarios, existe una persistencia mayor en la inflación sin volátiles respecto de la inflación total, que es entre 4 a 5 meses. Es decir, que cuando ya estamos en presencia de menores presiones inflacionarias, la inflación total cae más rápido que la inflación core, escenario por el cual estamos transitando actualmente».
Por su parte, Francisco Simian, economista jefe de Altafid, declaró que «todavía es pronto para hablar de control inflacionario. Es cierto que hay bajas en elementos volátiles, no volátiles, transables y no transables. Pero los riesgos, sobre todo en el plano externo, siguen siendo elevados».
Simian aseveró que, desde su perspectiva, «el Banco no realizará un recorte de su tasa en junio. Si bien se han observado caídas en la actividad económica y una menor inflación, es muy pronto para sacar conclusiones. En cambio, para la reunión de fines de julio esperamos un recorte de 25 puntos básicos».
Javier Mella, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes y doctor en Finanzas, deslizó que «la clara tendencia a la baja de la inflación lleva pensar a una baja en la TPM. Mantengo la visión que es probable pensar en un inicio de las reducciones de tasas ya sea en las próximas reuniones de política monetaria en junio o julio de este año. Esto también en un marco de actividad y empleo débil».
Con todo, el economista y ex presidente del Banco Central, José De Gregorio, señaló, en conversación con Radio Infinita, que «que con el dato de IPC de 0,1%, con la debilidad de la economía, con evitar que pueda haber un sobreajuste, creo que hacer una baja de 25 puntos base correspondería ahora en la próxima Reunión de Política Monetaria».
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