«No hay nada que aclarar». Con esta definición la Tercera Sala de la Corte Suprema rechazó el viernes los recursos de aclaración presentados por la Superintendencia de Salud y las isapres, a propósito del fallo de la Corte que obliga a las aseguradoras de salud a devolver cobros en exceso a todos los afiliados.

La resolución de la Suprema, sin embargo, no sólo tiene alcances jurídicos. La decisión, reconocen en el mundo político y judicial, supone un duro revés para la ahora ex vocera de la Corte, Ángela Vivanco, luego que se echara por tierra su tesis planteada en una entrevista el domingo pasado, donde señalaba que el fallo tenía un alcance acotado sólo a quienes habían demandado a las isapres.

Para muchos, lo que pasó es un golpe de timón del presidente de la Tercera Sala, Sergio Muñoz.

La resolución conocida este viernes y la solicitud de renuncia a la vocería, marcaría el quiebre de la relación entre Vivanco y Muñoz, relación que había sido clave para su mandato.

Además -dicen fuentes cercanas a la Suprema- en lo sucedido esta semana, habría una pasada de cuentas por parte de una Corte que hace rato venía incómoda con el estilo de la ministra Vivanco.

Estilo controversial

Vivanco llegó a la Corte Suprema en 2018 luego de ser propuesta al Senado por el ex Presidente Sebastián Piñera. La vocería la asumió casi cuatro años después, cuando en 2022 reemplazó en el cargo a la jueza Gloria Ana Chevesich.

Su estilo en la vocería generó miradas encontradas. Algunos la veían como la vocera que abrió la Corte Suprema al público y los medios, comentando fallos y dando entrevistas.

En eso ayudó, dicen quienes la conocen, su estilo más político y público, algo que si bien podría estar en línea con una sociedad que exige cada vez más información, algunos cercanos creen que la terminó exponiendo en exceso, siendo la gota que rebasó el vaso las declaraciones sobre el fallo de las isapres.

“Los excedentes que las isapres tienen que devolver son (solo) a las personas que demandaron”, dijo en La Tercera.

En marzo la ministra ya había abordado el tema con el Diario Financiero, donde había mostrado la postura contraria. La misma semana de la entrevista en La Tercera, la ministra venía dando otra entrevista en la Revista Ya. Ahí dijo que «ser la voz del máximo tribunal del Estado es una gran responsabilidad y un gran honor. Por supuesto que no es fácil porque deben combinarse prudencia (en muchas materias no corresponde pronunciarnos) y carácter (en las que si)».

Ese carácter, sin embargo, también se habría hecho sentir al interior de la Corte. Su estilo -dicen quienes conocen la interna de la Suprema- comenzó a incomodar a algunos ministros que no estaban de acuerdo con que se ventilaran los debates internos o se abordaran públicamente las decisiones y fallos.

Algunos sostienen incluso que al menos dos salas habrían pedido hace algún tiempo tener sus propias vocerías.

Otros dicen, que esto no sólo se trata de la exposición pública, sino de las formas. Algunos criticarían internamente que Vivanco mantiene una postura silenciosa muchas veces en los plenos, pero después expone su postura en los medios.

El quiebre Vivanco-Muñoz

Esta vez, sin embargo, las declaraciones de Vivanco cruzaron la línea roja. Así lo reconocen, incluso quienes la defienden. Y es que su interpretación no sólo habría revelado el debate interno que se daba en la Suprema, sino también buscaba marcar una posición con efectos políticos.

Por eso, dicen fuentes cercanas a la ministra, Vivanco no echó pie atrás en sus declaraciones aunque sí tuvo que salir a aclarar que se trataba de «su visión». “No le puedo decir que es la interpretación correcta del fallo, porque la interpretación la da la Sala, no yo. Yo di mi visión”, sostuvo en medio de la polémica.

Se trata además, dicen algunos, de la primera vez en que Vivanco finalmente se transformó en el contrapeso de Muñoz, en un tema evidentemente político e ideológico y que podría marcar el futuro de la salud pública y privada en Chile. En el entorno de Vivanco, sin embargo, defienden que esa nunca fue la intención de la ex vocera y que sólo fue sincera a la hora dar su visión del fallo.

Con todo, las declaraciones de Vivanco obligaron a una vuelta anticipada de sus vacaciones por parte de Muñoz, lo que fue leído al interior de la Corte como una forma de volver a poner orden.

Relación estratégica

Vivanco entró a la Suprema en uno de los cupos de abogados externos. De sensibilidad de centro derecha, en ese sector político muchos pensaron que la abogada podría ser un contrapeso a Muñoz en temas valóricos y en materia de defensa de la salud privada.

Sin embargo, con el paso del tiempo, Vivanco se transformó en una socia estratégica de Muñoz, especialmente en los fallos sobre el financiamiento de los medicamentos millonarios que deben costear personas que padecen «enfermedades raras».

Tanto a través de los fallos, como públicamente, Vivanco fue defensora junto a Muñoz de la priorización del derecho de la vida de las personas por sobre las dificultades del Estado para financiar esos medicamentos.

La confianza que Muñoz le tenía a la ex vocera, quedó de manifiesto, comentan en el círculo de la Suprema, cuando le encargó a Vivanco defender la postura de la Corte frente a la idea de la ex convención constitucional de limitar la duración de los jueces de la instancia y ministros de la Corte de Apelaciones.

Por eso en el entorno judicial comentan que las declaraciones de la ministra respecto a las isapres, en momentos en que Sergio Muñoz se encontraba de vacaciones, fueron un golpe a la confianza y una extralimitación de la ministra.

Original de El Líbero

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