El envejecimiento de la piel es un fenómeno natural ineludible. Con el paso del tiempo, la epidermis pierde su elasticidad y aparecen las primeras arrugas. En esto tiene mucho que ver nuestra herencia genética, pero también el tabaquismo, la contaminación, el sol e incluso el estrés. Todas ellas son responsables del envejecimiento prematuro de la piel.
Salvo una cirugía estética o costosos tratamientos de belleza, poco se puede hacer para frenar y prevenir este envejecimiento cutáneo, salvo aplicar ciertos cuidados naturales muy específicos y controlar los alimentos de nuestra dieta, tales como el azúcar, la sal, la leche, el alcohol, la cafeína, las carnes rojas a la brasa o los ácidos grasos saturados. Incluso otros que, por muy naturales que sean, aceleran este proceso de envejecimiento de la piel, por lo que es mejor consumirlos con moderación.
Alimentos naturales peligrosos para la piel
Entre ellos están los limones, los pomelos y las limas, siempre y cuando estos sean consumidos mientras se está expuesto al sol de forma prolongada, como puede ser en la época estival. Estos alimentos dan lugar a una fotodermatosis aguda ya que contienen unas toxinas llamadas furocumarinas que, bajo la luz solar, inducen a la muerte celular, llegando incluso a provocar quemaduras y ampollas en la piel. Asimismo, pueden provocar manchas oscuras que den pie con el tiempo al desarrollo de un cáncer.
Otra fuente natural con nefastos efectos para la piel es el consumo de algunas plantas silvestres como el Chenopodium, plantas medicinales como el Plantago, contacto con las hojas de higuera o uso de aceites esenciales cosméticos, como la Psoralea. Además, hay esencias incluidas en perfumes o productos de higiene, como la bergamota, que contienen grandes cantidades de furocumarinas mutagénicas.
Recientemente, la Asociación Internacional de Fragancias ha llamado la atención sobre la importancia de desarrollar metodologías para identificar y cuantificar estas toxinas en productos de cosmética. Por su parte, la Comisión Europea ha limitado el contenido de furocumarinas, estableciendo unos estrictos límites para poder comercializar protectores solares o bronceadores.
| A veces, los productos naturales son tratados químicamente para que su uso sea seguro
Además, los fabricantes de esencias, debido a la preocupación creciente sobre este tema, ya producen esencias libres de toxinas mediante tratamientos específicos que preservan el aroma. Está claro que natural no siempre es sinónimo de saludable. Y que, a veces, los productos naturales deben ser tratados químicamente para que su uso sea seguro.
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