Una posición clara por el A Favor en el Plebiscito del 17 de diciembre anunció la semana pasada el ex presidenciable de republicanos José Antonio Kast. De paso, planteó incluso que en dos meses es posible dar vuelta el resultado de la elección, más allá del panorama que hoy muestran las encuestas.

«Teniendo en consideración que los expertos van a respetar lo que han hecho los consejeros, voy a votar A Favor», planteó Kast el domingo en entrevista con El Mercurio, agregando además que «es imposible que el PC y el FA voten A Favor de este texto».

Esto en medio de un escenario donde dicha opción ha ido ganando terreno en los sondeos, subiendo, por ejemplo, un 16% en la última encuesta Black&White del viernes. De acuerdo al sondeo, dicha alternativa pasó del 31% al 47%. Mientras que el En Contra, cayó en igual medida, pasando del 69% al 53%. De este modo, la diferencia entre ambos se estrechó al 6%.

En la misma línea, la encuesta Cadem del domingo mostró un alza de cuatro puntos en el apruebo, situándose en 28%, en tanto, el rechazo al texto constitucional llegó al 53%. Pero más allá de las cifras y de las declaraciones, en términos políticos la pregunta es, ¿qué implica el apoyo de Kast al texto?

La visión de los analistas

El académico de la facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, Kenneth Bunker, indicó que Kast «entiende muy bien que es una situación de última oportunidad para él y que va a ser muy difícil que se vuelva a presentar una oportunidad tan única para su partido de tener una mayoría en cualquier tipo de asamblea y sobre todo, que le pueda permitir presentar una nueva Constitución. Él lo quiere aprovechar y entiende que tiene que fijar una posición oficial» en el partido.

Aún así, Bunker precisó que «lo que le conviene al texto puede ser distinto, que sea un texto neutral que no sea asociado con ningún sector político. Para que el texto pase obviamente tiene que tener más de 50% del apoyo y si no tiene el apoyo del centro no va a pasar. Entonces, que esté asociado a una figura que es tan abiertamente de derecha puede dificultarlo un poco».

Cabe recordar que la definición de Kast fue previa a que esta semana la Comisión Experta haga sus observaciones al texto constitucional, pudiendo hacer cambios de forma o fondo a la propuesta, las cuales luego deberán ser votadas por el Consejo Constitucional.

Ante ese escenario, el académico de la Universidad San Sebastián advirtió que todo «va a depender de cuál va a ser la posición de Kast después de esto (de las observaciones), si es que él apoya estas modificaciones o si es que las desconoce (….) en cualquier caso, me parece que es conveniente para él que tiene que apoyar un texto que puede ser no el que estaba proponiendo, sería positivo ver a Kast admitir que no es el texto que él quería para que el texto pase».

Para el sociólogo y director de tuinfluyes.com, Axel Callís, la postura fijada por Kast «va a generar un rebote» en la base más dura de la derecha, aunque «no se sabe hasta dónde va a llegar ese rebote, porque la población sigue sin conocer el texto (…) El otro punto de que Kast asuma el rostro del A Favor implica que de una u otra forma está presidencializando el Plebiscito y eso es que se mezclan situaciones coyunturales con situaciones de futuro y eso para una Constitución no es saludable».

En ese contexto, Callís consideró que Kast «está apostando a aumentar su base política». «Él, al ser el rostro del A Favor y el A Favor puede subir sustantivamente, puede adjudicarse ese número que va a ser mucho mayor que lo que sacó en mayo pasado. Visto como un Plebiscito, puede ser un fracaso, pero visto como presidencial, es un éxito», acotó.

Ante ello, Callís consideró que «hasta hace un mes atrás el A favor no tenía padre y ahora tiene padre y es José Antonio Kast y la UDI, pues Javier Macaya, hace un par de semanas, dijo que ‘asumía que votaría A Favor’. Por tanto, el que una opción política tenga padre asegura franja política (…) y lo que de ahí resulte tiene paternidad, si hay una derrota tremenda va a tener responsables y si hay un triunfo va a tener responsables».

El vicedecano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), Rodrigo Arellano, consideró que lo hecho por Kast «es la constatación de un hecho que a ciencia cierta se ha venido comentando desde el día de la elección de los consejeros que, efectivamente al tener el control el Partido Republicano del actual proceso, eso de una u otra forma también entrega la responsabilidad del resultado y la capacidad de diálogo y gobernabilidad que tendría José Antonio Kast y sus aspiraciones presidenciales. Sin duda es constatar y hacerse cargo de la presencia que tienen sus ideas y partido».

Sin embargo, Arellana opinó que también existen riesgos en su acción, pues la figura de Kast y de republicanos, «generan en sectores de la centroizquierda una distancia importante y eso conlleva dos riesgos: uno, un excesivo involucramiento de su figura y al mismo tiempo, puede entregar una razón para que eventuales posturas que la centroizquierda ha tratado de manifestar que queden incorporadas dentro del texto y no lo estén, den una razón para distanciarse de la opción de aprobarlo».

«La figura de José Antonio Kast genera mucha adhesión, pero también una fuerte distancia en los sectores de centroizquierda y eso sin duda es un arma de doble filo, tanto para el proceso, como también entrega una herramienta a los líderes de los partidos de izquierda para desmarcarse eventualmente del texto», recalcó Arellano, agregando que Kast además dejó «una llave de salida» frente a cambios que puedan hacer los expertos al texto, aludiendo a la «línea roja» que fijó frente al «derecho a la vida de quien está por nacer».

/psg