En plena recta final se encuentra esta semana el proceso constitucional, luego que el sábado la Comisión Mixta terminara de votar las 32 observaciones emanadas de la Comisión Experta y elaborara un informe con sus propuestas de solución, las que fueron votadas en su respectiva instancia el sábado.
En conversación con Radio ADN, la presidenta del Consejo Constitucional, Beatriz Hevia (Republicanos), valoró el avance del trabajo y la posibilidad de entregar antes la propuesta para que la ciudadanía pueda revisarla, «para que tengan certezas». Esto, «sin perjuicio de que el acto con el Presidente de la República es el 7 de noviembre y ese día seguramente se convocará para el Plebiscito del 17 de diciembre».
Consultada por los elementos que harían de este texto uno mejor que la actual Constitución, la abogada explicó que esta propuesta «avanza en múltiples temas», y a su juicio, «quizás el cambio más importante es respecto al Sistema Político, que hoy es tremendamente fragmentado, inmóvil, y el texto que proponemos se hace cargo de esa realidad, disminuyendo la fragmentación, aumentando incentivos para encontrar acuerdo, disminuye que haya congresistas que le hablen a nichos».
Hevia también desestimó las críticas de los consejeros de izquierda, quienes han acusado que se trata de un texto «a la medida de los poderosos». «No hay nada más alejado que eso, es un texto que pone en el centro a la persona», comentó la presidenta del Consejo, junto con señalar que «hay una caricatura grande al decir que no se han construido los acuerdos; han estado todos los espacios abiertos para construir los acuerdos que fueran necesarios, y en todos los temas».
«Lo que pasó fue que recordemos que no hay centroizquierda dentro del Consejo, por lo tanto era una conversación que era: derecha, centroderecha e izquierda dura, lo que hace muy difícil poder construir acuerdos, sobre todo si la izquierda se atrinchera en una posición», complementó.
En cuanto a las encuestas que apuntarían a un rechazo a la propuesta, Hevia reflexionó que aún la ciudadanía no está informada por completo respecto al contenido, porque la discusión ha estado centrada «en estas polémicas de que si hay o no acuerdo; yo lamento que los acuerdos no hayan podido ser mucho más de manifiesto, porque existen, y eso creo que ha sido un problema».
«Además, hay que reconocer que el proceso viene con una carga, con una rabia, con una frustración asociada tremendamente grande. A los chilenos les dijeron que todas sus esperanzas estaban puestas en un proceso constitucional, y la primera experiencia fue un tremendo fracaso y en el más amplio sentido, entonces por supuesto que acarreamos con una tremenda frustración», precisó.
En esa línea, reconoció que «tenemos el desafío de poder informar a la ciudadanía del contenido del texto, de mostrarles que no es un texto refundacional, sino que es un texto que se hace cargo de nuestra tradición constitucional, institucional; no venimos a reformar ningún poder del Estado, no venimos a crear una diversidad de justicias distintas para los distintos chilenos, sino que tenemos una mirada unitaria del país, de poner a la persona en el centro».
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