Hinchazón, sensación de dolor o pesadez en las piernas e incluso calambres en las extremidades inferiores son algunos de los síntomas característicos de las varices, una patología cuya manifestación puede ir desde un problema estético hasta una molestia acompañada de dolor.
Además, según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), las varices o insuficiencia venosa crónica es la enfermedad vascular más frecuente en el conjunto de la población española, siendo las mujeres las más afectadas con un 64% del total de los casos atendidos.
| El invierno es el mejor momento para tratar las varices, pero lo ideal es hacerlo todo el año
Si bien los meses de invierno son, según los expertos, el mejor momento para tratar las varices, lo cierto es que lo ideal es que también se haga a lo largo de todo el año. Y es que, a pesar de que en principio no es una patología que revista una gravedad relevante, su alta prevalencia, así como su afectación en la calidad de vida de las personas, bien merecen que se preste atención a cómo se puede prevenir su aparición y, en su caso, aliviar los síntomas.
El enfoque dietético como apoyo
Aunque la alimentación por sí sola no puede garantizar la prevención completa de las varices, «adoptar un estilo de vida saludable sí que aminora el riesgo de su aparición», apunta Natalia Galán, nutricionista de BluaU de Sanitas.
En este sentido, la experta recalca la idoneidad de llevar una dieta equilibrada para aliviar los síntomas y aconseja como norma general «consumir alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y granos enteros, ya que ayuda a mantener un peso saludable y a prevenir el estreñimiento, reduciendo así la presión sobre las venas».
Además, «la ingesta adecuada de antioxidantes, presentes en frutas y vegetales coloridos, fortifican las paredes de los vasos sanguíneos al mismo tiempo que mejoran la circulación», señala. Y añade: «El consumo de alimentos ricos en vitamina C, como cítricos, fresas y pimientos, favorece la producción de colágeno, fortaleciendo las venas y minimizando la probabilidad de complicaciones».
Por otro lado, «es recomendable moderar la ingesta de sodio para evitar la retención de líquidos y disminuir la hinchazón asociada a las varices», advierte.
Alimentos pro salud vascular
La idea es potenciar una dieta que priorice los alimentos con efecto antiinflamatorio, propiedades vasodilatadoras y aquellos que fortalecen las paredes de los vasos sanguíneos.
Partiendo de esta premisa, Galán recomienda, por su poder antiinflamatorio, los alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el salmón, las nueces y las semillas de chía. «Estos ácidos grasos saludables conservan la flexibilidad de los vasos sanguíneos, acrecentando así el flujo venoso», aclara.
Por otra parte, el ajo y la cebolla pueden ayudar a dilatar los vasos sanguíneos, facilitando la circulación.
| Los arándanos y el salmón, ricos en antioxidantes y aceites omega-3, son particularmente eficaces
Y, por último, señala que «a las frutas cítricas ricas en vitamina C también hay que tenerlas en cuenta debido a que refuerzan las paredes de los vasos sanguíneos».
Además, «la hidratación adecuada también juega un papel crucial, ya que ayuda a sostener la fluidez de la sangre y favorece una circulación saludable», añade.
Sin embargo, no solo la dieta es un factor que ha de contemplarse, también «la práctica regular de ejercicio es primordial para prevenir la presión excesiva sobre las venas».
Si hubiera que elegir, arándanos y salmón
Vaya por delante que «no existen alimentos milagrosos y que lo importante es un equilibrio entre todos ellos para conseguir los efectos deseados», remarca la experta.
Ahora bien, también es cierto que, por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias o vasodilatadoras, existen ciertos alimentos especialmente eficaces para prevenir y aliviar los síntomas de las varices. Estos son los que Galán considera más relevantes:
- Arándanos. Estos frutos son ricos en antioxidantes, especialmente antocianinas, que vigorizan las paredes de los vasos sanguíneos e incrementan la circulación.
- Salmón. Fuente de ácidos grasos omega-3, ayuda a mermar la viscosidad de la sangre, disminuyendo la probabilidad de formación de coágulos, lo que a su vez aumenta la elasticidad de las venas.
- Ajo. Por sus propiedades antiinflamatorias y vasodilatadoras favorece la circulación sanguínea al dilatar los vasos y reducir la presión en las venas.
- Nueces. Contienen ácido alfa-linolénico, un tipo de omega-3, que asiste para proteger la salud cardiovascular y prevenir problemas circulatorios.
- Espinacas. Ricas en fibra, hierro y vitamina K, ayudan a fortalecer las venas y mantener la integridad de los tejidos vasculares.
- Cítricos (naranjas, limones). Son altos en vitamina C. Los cítricos robustecen los capilares sanguíneos y promueven la producción de colágeno, clave para la elasticidad de las venas.
De todos ellos, «aquellos ricos en antioxidantes como los arándanos y el salmón con omega-3 son particularmente destacados», según la experta.
Reducir la sal, los procesados y las grasas saturadas
Como parte de esta estrategia nutricional, la experta aconseja «limitar el consumo de alimentos ricos en sodio, ya que el exceso de sal contribuye a la retención de líquidos, agravando la hinchazón y la incomodidad asociadas con las varices». Para ello, hace hincapié en la importancia de leer las etiquetas de los alimentos procesados, comidas rápidas y alimentos enlatados, ya que «suelen contener altos niveles de sodio».
Además, recomienda moderar el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y trans, presentes en comidas fritas, bollería y carnes procesadas. «Estas grasas poco saludables generalmente dan lugar a la obesidad, aumentando la presión sobre las venas y agravando los síntomas de las varices», aclara Galán. «También debemos evitar productos con compuestos inflamatorios como azúcares y cereales refinados», apostilla.
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