En Chile, el 83% de la población habita en ciudades, lo que provoca diversas crisis sociales, económicas, políticas psicológicas de alto impacto en los habitantes.
En este contexto, el 20 de noviembre de 2020, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo aprobó la Política Nacional de Parques Urbanos, cuyo objetivo principal es «el desarrollo de ciudades sustentables que mejoren la calidad de vida de las personas y aseguren un acceso equitativo, inclusivo y de buena calidad a los bienes públicos urbanos, utilizando criterios de eficiencia, adaptabilidad y resiliencia«.
Desde este punto de vista, los parques urbanos constituyen una respuesta a lo enunciado, toda vez que, de acuerdo a sus funciones, son promotores de cohesión social, resguardan la biodiversidad de la ciudad constituyéndose en elementos importantes de los procesos socio ambientales y contribuyendo a la calidad ambiental de la ciudad. Es decir, los parques son algo más que su simple materialidad, porque en ellos están insertas las experiencias colectivas e individuales de los habitantes de la comunidad.
La Política Nacional de Parques reconoce que “los parques urbanos y el sistema de áreas verdes son una parte esencial de los bienes públicos urbanos, cumplen con múltiples funciones y aportan beneficios sociales, ambientales y económicos a las ciudades y territorios donde se emplazan y a las personas que los habitan, constituyendo un aporte clave para abordar muchos de estos desafíos”.
El déficit de áreas verdes y la desigualdad en su distribución en nuestro país, son algunos de los desafíos a superar y un área de estudio, no menos importante, es generar políticas de uso, teniendo presente que nuestros parques urbanos deben ser espacios accesibles para todas las personas.
Juan Medina Torres, Presidente Fundación Cerro San Cristóbal