El 7 de octubre de 2023, el grupo terrorista Hamás ingresó a Israel desde Gaza y perpetró un feroz ataque. Irrumpieron en ciudades, bases militares y en un festival de música que se desarrollaba cerca de la frontera y asesinaron a más de 1.200 personas, la mayoría civiles.
Entre las víctimas fatales estaba la chilena Dafna Garcovich, quien murió calcinada junto a su marido español dentro de la casa que habitaban en un kibutz ubicado a pocos kilómetros de la frontera.
El Líbero viajó a Israel para entrevistar a su padre, el bombero chileno Danny Garcovich, quien vive en ese país desde hace más de 20 años.
“Murieron abrazados”
“Ese día estuvimos en contacto con ella hasta que se cortaron las comunicaciones. Las últimas palabras que pudo escribirme fueron socorro, socorro y socorro”, señala.
“Al principio nosotros pensamos que ellos habían sido secuestrados, porque dentro de la casa calcinada había caído el techo y se había incinerado todo a una temperatura de 800 grados y no encontraron los cuerpos”, agrega.
Danny Garcovich es jefe del cuartel de bomberos que cuida el perímetro de la franja de Gaza y sabe de incendios.
“El ejército hizo revisiones de los lugares, pero no son expertos como nosotros. Al quinto día envié a mis hombres de la compañía de bomberos a hacer revisiones en las casas incendiadas. De forma online, les fui indicando qué cosas debían levantar. Hasta que levantaron el techo y pudimos ver cenizas de dos cuerpos juntos, un solo montón de cenizas. Murieron abrazados y así se fueron”, dice respecto de su hija y su marido Iván Illarramendi.
“O te paras y te pones a llorar, o sigues adelante…”
Al ser consultado sobre cómo ha sobrellevado la muerte de su hija, sostiene que cuando uno está en combate “si eres oficial, tú vas al frente, no atrás, y tú ves que caen tus soldados, tus subalternos. ¿Qué haces? O te paras y te pones a llorar, o sigues adelante y después, cuando pase todo, te lamentas. Ese ha sido mi caso. Han sido tantas las cosas que hay que hacer, tantas las cosas en las que uno puede ayudar como para estar ocupado pensando en eso, eso sí, sin dejar y sin descuidar el dolor que sentimos mi esposa y yo”.
Agrega que “no tenemos nada que hacer con el pasado y vamos a ver cómo construimos el futuro”.
“Nosotros no sabemos combatir contra terroristas”
Sobre el rol que le tocó cumplir como bombero en esos días en que el país estuvo bajo ataque, señala que tuvo “mucha impotencia de no poder ayudar” a apagar los incendios que generaron los terroristas y que terminaron con la vida de muchas personas.
“Tenía un carro bomba estacionado al lado de mi casa y otros carros bomba en las zonas y no pudimos utilizarlos, porque el primero de mis hombres que se atrevió a salir fue eliminado en el momento, cayó a cinco minutos de haber salidos. Ese día perdí a seis hombres en el cuerpo de bomberos”, recuerda.
Advierte que ese día “tuve que tomar una decisión muy dura, que fue decirle a mis hombres que nosotros estamos preparados para combatir el fuego, eso lo sabemos hacer muy bien, pero nosotros no sabemos combatir contra terroristas y no estamos armados tampoco (…). Lo mejor que pude decirles a mis hombres fue ‘regresen a sus casas y protejan a sus familias’. Nosotros no podíamos hacer algo que tuviera efectividad”.
“Nunca habíamos visto un ataque de esta forma, nunca habíamos visto algo similar. Antes de venir a Israel tenía experiencias en catástrofes grandes en Chile, como terremotos, donde me encontraba en lugares solo, en un lugar donde no pueden llegar refuerzos, no hay radios para hablar. Acá fue algo parecido”, dice.
“Yo siento mucho lo que ellos están pasando en Gaza”
A pesar del sufrimiento de haber perdido a su hija, Garcovich dice lamentar lo que ocurre actualmente en Gaza.
“Yo pienso que dentro del pueblo de Gaza hay gente que lo único que quiere es vivir tranquila, poder mantener a sus familias, y poder traer el pan de cada día para sus hijos. Eso es lo que quieren y no les gusta lo que hay. Yo siento mucho lo que ellos están pasando ahí en estos momentos”, señala.
“Para solucionar el conflicto hay que cambiar totalmente la forma de pensar no sólo de los vecinos de Gaza, sino que en el Líbano, Siria o lugares así. La administración que ellos tienen, sobre todo en la franja de Gaza, ha sido en su prioridad para llegar a hacer algo como lo que se ha llegado a hacer aquí”, agrega.
“No me he sentido solo”
Finalmente, aborda que desde el primer momento ha sentido la solidaridad por la muerte de su hija y que el gobierno de Chile y de España han permanecido en contacto con él y su esposa.
“Desde que aún se suponía que estaban desaparecidos, secuestrados, estuvieron en contacto conmigo. Tanto la embajada de Chile, el cónsul, vinieron, me llamó el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, y me ofrecieron su apoyo y ayuda para poder averiguar. Hasta el día de hoy estamos en contacto, siempre llaman y preguntan. No me he sentido solo. Esto también lo ha hecho el gobierno de España, por parte de Iván, el marido de mi hija”, cuenta.
“Ese llamado de socorro (de Dafna) fue escuchado en todo el mundo, por muchas personas, de mi voz, y se hicieron solidarios, y sentí una gran familia en el mundo que sintió ese grito de ayuda”, concluye.