Fue el 24 de febrero que el celular de Maickel Villegas Rodríguez se encendió en Arica. Habían pasado cuatro días desde que el teniente (R) Ronald Ojeda había sido secuestrado desde su departamento en Indepedencia, durante la madrugada del 21 de febrero, y los policías ya tenían una pista de dónde podría estar uno de sus captores.
Sin embargo, llegaron tarde. Esa última alerta no los llevó a nada, pues no se registraron más movimientos del teléfono, ni menos se tuvieron otras señales sobre la presencia en Chile de Villegas, quien fue el encargado de manejar el auto desde el edificio a la comuna de Renca antes de abandonarlo a un costado de la Costanera Norte.
Lo que se presume en la indagatoria es que, tanto él como Walter Rodríguez Pérez salieron del país, o a Perú, o a Bolivia, a partir de la última ubicación de ambos. Sin embargo, también hay investigadores que apuntan a la tesis del “engaño”. La sospecha es que encendieron el celular en Arica solamente como una maniobra distractiva para huir del país por otro lado, como por ejemplo, por el sur hacia Argentina.
Tanto detectives como fiscales no se cierran a nada, principalmente porque aún no hay indicios certeros sobre el paradero de ambos sospechosos, quienes formarían parte de una peligrosa célula del Tren de Aragua en Chile. Es más, Rodríguez Pérez, por ejemplo, tiene a cuestas otra orden de detención en su contra por otro secuestro.
El propio abogado defensor de Ángel C,. (17), el único formalizado en la investigación, señaló en la reservada audiencia del día lunes ante el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago, “¿qué llama la atención? que las personas partícipes del hecho ya no están en Chile y mi defendido jamás abandonó el país y no hizo ninguna acción para salir tampoco. Cuando supo la gravedad del hecho en que se vio involucrado lo que hizo fue contactarse con Maickel, que ya había abandonado el país, aunque no pudo contactarse por vía telefónica”.
Fuentes del caso señalan que la indagatoria logró, hasta el momento, resolver cómo Ojeda fue secuestrado y asesinado, además de cómo se planificó el rapto. Pero lo que no existe -por ahora- es el contexto y la motivación del delito.
Abogado de esposa del exmilitar: “Entregamos todos sus movimientos bancarios”
Las mismas fuentes consultadas advierten que todas las hipótesis siguen abiertas, salvo la del “autosecuestro”, por lo tanto, de las tres teorías, dos permanecen intactas: una motivación política o bien que hayan existido relaciones entre Ojeda y grupos del crimen organizado.
El propio fiscal nacional, Ángel Valencia, señaló en radio Cooperativa que existen “situaciones grises” que restan por esclarecer, donde la investigación aún no decanta definitivamente por una tesis en particular.
Sin embargo, Valencia también agregó que “el deber de objetividad nos impone la obligación de descartar que el móvil -que es una de las situaciones grises hoy día de la investigación- esté asociado con las actividades que Ojeda realizaba en Chile, quizás más allá de las que se nos habrían comunicado por parte de los testigos y los documentos que nos entregaron”.
Esta es otra de las interrogantes del caso. Lo que se sabe del teniente (R) es que era una persona reservada, con pocos amigos, y con buenas relaciones familiares. Sobre su trabajo, cuentan en su entorno, se dedicaba a monitorear cámaras de seguridad de una “empresa chica”.
El abogado de la esposa de Ojeda, Juan Carlos Manríquez, indicó que “el mismo día de los hechos se entregaron voluntariamente, a la PDI y los fiscales, todos sus movimientos bancarios, transferencia con origen y destino, más montos, número de teléfonos y nombres, sin ocultar nada. En general se trata de montos menores por la compra y venta de productos relacionados al giro comercial de lo que se dedicaba su señora”.
El caso continúa y hay diligencias en curso, y una se concretó hoy: la esposa de Ojeda llegó hasta el SML para, finalmente, reconocer a su esposo fallecido. Ahora, lo que resta determinar es qué pasará con el cuerpo y si contarán con las medidas de seguridad para su velorio.
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