“Esa es una decisión que técnicamente estamos evaluando con el Ministerio de Salud, lo que no quiere decir que esté tomada”.
El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, así respondía este jueves en 24H a la consulta sobre si existía la posibilidad de adelantar -aún más- las vacaciones escolares de invierno, medida que ya fue tomada en conjunto por su cartera y el Minsal, cuando a fines de 2023 definieron que en vez de ser a inicios de julio como casi todos los años, este 2024 el inicio sería el 24 de junio, intentando hacer coincidir el receso con el peak de virus respiratorios.
Pero, ¿a qué se refería con que lo están evaluando? ¿Hay posibilidades reales de que las vacaciones sean incluso más adelante en junio?
Según cuentan desde ambas carteras, por ahora no hay elementos que los lleven a concluir que efectivamente hay que hacerlo. De hecho, señalan que ni siquiera se ha revisado -hasta ahora- la decisión de cambiar otra vez el calendario, aun cuando las subsecretarías de Salud Pública (Andrea Albagli) y Educación (Alejandra Arratia) están en permanente diálogo para ir viendo el avance de los contagios. La última de esas conversaciones se produjo este jueves, donde se ratificó que no es necesario tomar la medida nuevamente.
El análisis de los ministerios, de hecho, es que si bien hay claridad de que hay un aumento de las enfermedades respiratorias, la red asistencial no está ni de cerca presionada y que todavía las proyecciones que hicieron en diciembre estarían cumpliéndose, es decir, que las vacaciones escolares coincidirían con el peak de las enfermedades respiratorias, lo que evitaría contagios masivos en escuelas, colegios y liceos. La recomendación de los expertos del Minsal hoy es no alterar lo programado: vacaciones desde el lunes 24 de junio hasta el viernes 5 de julio.
Además se ha mirado con atención el impacto que una decisión así traería, sobre todo para los padres, y ya con el año escolar en curso, como ocurrió en 2022 (primer año de presencialidad tras la pandemia), cuando el gobierno adelantó las vacaciones escolares de invierno y las extendió a 25 días con apenas dos semanas de antelación, debido al aumento de ocupación en las camas pediátricas UCI.
En esa oportunidad, el entonces ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, enfrentó un duro cuestionamiento de la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, porque la decisión de tomó de forma sorpresiva y no fue consultada con el comité político. En ese momento la ministra hizo que la decisión se tomó sin evaluar adecuadamente la “dimensión de cuidado” y la situación de las mujeres trabajadoras”.
Esta mañana la subsecretaria de Educación dijo al respecto, en el marco de la presentación del Plan Nacional Docente, que “como en toda política pública, nosotros vamos a seguir permanentemente monitoreando y en el caso de que, articuladamente con Salud se considere que es necesario hacer algo, por supuesto lo vamos a estar evaluando e informando, pero como parte de la evaluación permanente que se hace en este tipo de casos, no es que sea algo adicional”.
Y añadió: “Permanentemente estamos monitoreando todo este tipo de cosas que pueden implicar situaciones de desafío para el sistema educativo. Si es necesario hacer adaptaciones, se hacen, siempre de modo cordinado, informado, y velando por impactar lo menos posible al sistema educativo (…) esperamos que no sea necesario, pero por cierto siempre hay que estar atentos a lo que va ocurriendo”.
De todas formas, en los dos ministerios, si bien ven lejana la posibilidad de un nuevo adelanto, no le cierran totalmente la puerta por cualquier eventualidad.
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