Cuando alguien tiene Alzheimer, es común que comience a olvidar cosas. Y es que este tipo de demencia —enfermedad que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a más de 55 millones de personas en el mundo— provoca que el cerebro pierda tejido, mientras comienzan a morir las células nerviosas.
Sin embargo, el deterioro del cerebro es progresivo. Al principio, los síntomas son más leves, pero van empeorando con el tiempo hasta interferir en las actividades cotidianas de las personas.
Y aunque el Alzheimer todavía no tiene cura, una detección temprana puede ayudar a ralentizar los síntomas con el uso de medicación.
En esta línea, ¿existe algún primer síntoma en una persona que tiene este tipo de demencia?
Cuáles son los síntomas del Alzheimer
Aunque los primeros cambios que el Alzheimer produce en el cerebro son casi imperceptibles, el primer síntoma claro de esta enfermedad es la pérdida de la memoria. Según la Asociación del Alzheimer, lo primero que olvidan los pacientes son los acontecimientos que vivieron recientemente o la información que acaban de aprender.
“También se olvidan fechas o eventos importantes; se pide la misma información repetidamente; se depende de sistemas de ayuda para la memoria (como notas o dispositivos electrónicos) o en familiares para hacer las cosas que antes uno hacía solo”, explican desde la organización.
Y aunque el anterior suele ser el primer síntoma, existen otras señales que podrían indicar que una persona padece esta enfermedad:
- Cambios en la memoria. Como se explicó anteriormente, el primer síntoma suele ser el olvido de cosas que se vivieron recién, fechas importantes y que la persona pida reiteradas veces que le repitan una misma información.
- Dificultad para resolver problemas. Otro síntoma es experimentar cambios que interfieren en la habilidad de desarrollar y seguir un plan. Por ejemplo, no poder recordar cómo se hacía una receta conocida o no poder administrar las cuentas mensuales. Además, pueden necesitar mucho más tiempo para hacer algo que antes hacía rápidamente.
- Dificultad para desempeñarse en tareas habituales. Ya sea en la casa o en el trabajo, el paciente con Alzheimer puede tener dificultades en cumplir tareas cotidianas, como recordar las reglas, cómo funcionan ciertos aparatos electrónicos, entre otras cosas.
- Desorientación. Por el olvido, las personas con Alzheimer pueden olvidar en qué fecha están e, incluso, dónde se encuentran y cómo llegaron a ese lugar.
- Dificultad para comprender. Otro síntoma es tener dificultad para leer, determinar colores o contrastes o entender ciertas imágenes o relaciones entre un objeto u otro.
- Problemas con el uso de palabras al hablar o escribir. Es posible que la persona tenga problemas al participar en una conversación, seguir el hilo y encontrar las palabras que quiere ocupar. Por ejemplo, en lugar de decir lápiz, podrían decir “un palito para escribir”.
- Colocar objetos fuera de lugar. Es común que a los pacientes con Alzheimer se le pierdan cosas y no puedan hacer el ejercicio de recorrer sus pasos anteriores para poder encontrarlas.
- Disminución del juicio. A medida que la enfermedad se desarrolla, la persona puede tener dificultades a la hora de tomar decisiones. Por ejemplo, pueden caer más fácilmente en estafas, regalar dinero, etc.
- Pérdida de iniciativa. Es posible que las personas pierdan interés en hobbies, actividades sociales o deportes, entre otras cosas. Y es que dejan de entender qué es lo que les causaba interés en un inicio.
- Cambios en el humor y la personalidad. Cuando una persona tiene Alzheimer, es probable que se enoje más fácilmente, en especial cuando estén fuera de su ambiente. También pueden sentirse confundidas, deprimidas, temerosas, ansiosas y hasta sentir sospecha de otros.
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