El Instituto SETI, el Centro de Investigación SETI de Berkeley y el Centro Internacional de Investigación de Radioastronomía han comenzado a buscar tecnofirmas extraterrestres en frecuencias de radio por debajo de los 100 MHz. Con esta nueva metodología, el equipo de científicos puede monitorear hasta 2,800 galaxias de un solo vistazo.

Hasta ahora la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) se había centrado en señales dentro de la Vía Láctea. Sin embargo, el centro de investigación propone la incorporación de un nuevo rango de frecuencias para obtener datos de galaxias distantes y las posibles civilizaciones avanzadas que las habitan.

La búsqueda de tecnofirmas parte del supuesto de que cualquier civilización lo suficientemente avanzada emitirá señales de radio. Estos rastros pueden ser captados por aparatos receptores de mayor o menor sofisticación. Los dos grandes retos que enfrentan los buscadores de tecnología extraterrestre son aprender a diferenciar esas supuestas tecnofirmas de las ondas de radio que producen las estrellas, púlsares y nebulosas de manera natural y, por otro lado, desarrollar tecnología de recepción de ondas de mayor alcance.

Las escala Kardashev y los niveles de energía

Los entusiastas de la vida extraterrestre inteligente basan sus búsquedas en los supuestos de la escala Kardashev. Esta plantea la existencia de civilizaciones de tipo I, II, y III. Cuanto mayor es el nivel, más avanzada es su tecnología. Según la escala Kardashev, la civilización humana es de tipo I. Una hipotética civilización de tipo III dominaría la exploración intergaláctica y absorbería energía de las estrellas mediante estructuras como las esferas de Dyson.

Los planetas con habitantes más avanzados deberían contar con una tecnología tan descomunal que las ondas de radio que producen serían detectables a distancias galácticas. El Instituto SETI toma ese supuesto para buscar señales de Tipo III en las frecuencias de radio por debajo de los 100 MHz. Mientras buscan tecnofirmas de civilizaciones menores dentro de la Vía Láctea, ahora también pueden buscar a las ruidosas culturas más avanzadas entre las más de dos mil galaxias.

“Este trabajo representa un paso significativo en nuestros esfuerzos por detectar señales de civilizaciones extraterrestres avanzadas. El gran campo de visión y el rango de baja frecuencia del MWA lo convierten en una herramienta ideal para este tipo de investigación, y los límites que establezcamos guiarán los estudios futuros», externó Chenoa Tremblay, representante del Instituto SETI.

Todavía no hay tecnofirmas prometedoras

Aunque este primer estudio no encontró ninguna tecnofirma, proporcionó información valiosa que ayudará a enfocar futuras búsquedas. Para el instituto, la incorporación de un nuevo rango a su tecnología demuestra que buscar entre las diferentes frecuencias de radio sigue siendo el camino correcto. Los resultados están en espera de ser publicados oficialmente, pero ya están disponibles en el servidor de prepublicaciones ArXiv.

El Instituto SETI es una organización de investigación sin fines de lucro fundada en 1984 por Thomas Pierson y la astrónoma Jill Tarter. En el SETI se reúnen científicos interesados en buscar, contactar y entender la vida más allá de la Tierra. También realizan esfuerzos por difundir al público en general temas complejos de astrobiología y climatología espacial.

Hay otros proyectos dentro de la organización que también están encaminados a prever contacto con civilizaciones avanzadas. Uno de los más recientes es el diseño de la metodología necesaria para un hipotético traductor ante comunicación no humana. Para probar su hipótesis y perfeccionar su tecnología, los científicos buscan descifrar el lenguaje de las ballenas a través de inteligencia artificial.

/psg