El cielo está a punto de recibir una nueva invitada, y aunque su presencia pasará desapercibida para la mayoría, lo cierto es que será un fenómeno extraordinario. A partir del próximo 29 de septiembre, la Tierra contará con una segunda «luna», una miniluna que, durante dos meses, orbitará nuestro planeta antes de seguir su camino hacia el espacio. Se trata, nada más y nada menos, que del asteroide 2024 PT5, una roca que, aunque pequeña en tamaño, trae consigo un evento que no se repetirá hasta el año 2055.
El asteroide 2024 PT5 fue descubierto el pasado 7 de agosto por el sistema ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System), un conjunto de telescopios diseñados para detectar objetos espaciales que podrían impactar contra la Tierra. Este asteroide, proveniente del cinturón de Arjuna, una región del sistema solar repleta de pequeños cuerpos rocosos, fue detectado mientras se dirigía hacia nuestra órbita a una velocidad de aproximadamente 3.600 km/h. Y aunque se trata de un visitante ocasional, su recorrido lo llevará a ser «capturado» temporalmente por la gravedad terrestre, convirtiéndose así en nuestra miniluna que estará presente durante 56 días.
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Esta pequeña roca espacial, de aproximadamente 10 metros de diámetro (similar al tamaño de un autobús), no es lo suficientemente grande como para causar estragos ni tampoco será visible a simple vista. De hecho, ni siquiera los telescopios convencionales podrán detectarla. Para observar este satélite temporal, los astrónomos necesitarán equipos avanzados que permitan registrar su breve estancia junto a nosotros.
Aunque la noticia de una nueva miniluna puede sonar novedosa, lo cierto es que no es la primera vez que La Tierra disfruta de la compañía de un «satélite extra». A lo largo de los últimos años, nuestro planeta ha recibido la visita de varias minilunas, como los asteroides 2006 RH120 y 2020 CD3, ambos de tamaño reducido y que también orbitaban nuestro planeta durante periodos limitados antes de volver al espacio. Incluso los asteroides 1991 VG y 2022 NX1 realizaron trayectorias parciales alrededor de la Tierra antes de desviarse nuevamente.
A diferencia de lo que ocurre con la Luna, que lleva millones de años orbitando la Tierra, una miniluna como 2024 PT5 es un objeto mucho más pequeño y pasajero. Estos asteroides son «capturados» temporalmente por la gravedad de la Tierra cuando su órbita los acerca lo suficiente a nuestro planeta. Durante ese tiempo, completan una o varias órbitas antes de volver a liberarse y continuar su viaje a través del sistema solar.
Este fenómeno es posible gracias, precisamente, a la interacción entre la masa del asteroide, la gravedad terrestre y la velocidad a la que estos cuerpos viajan por el espacio.
Aunque este tipo de eventos no es inusual, sí es relativamente raro que se pueda predecir con tanta precisión el tiempo que durará su «visita». En el caso de 2024 PT5, los astrónomos han calculado que su recorrido junto a la Tierra durará exactamente 56 días. Después, el asteroide seguirá su camino y no volverá a acercarse a nuestro planeta hasta dentro de más de tres décadas, en el año 2055.
No será visible, pero deja una huella en la ciencia
Desafortunadamente, a pesar de lo emocionante que resulta tener una miniluna, esta no será visible a simple vista ni con los telescopios domésticos. Su pequeño tamaño hace que sea prácticamente invisible para cualquier observador aficionado. Para los profesionales de la astronomía, sin embargo, 2024 PT5 representa una excelente oportunidad para continuar el estudio de asteroides cercanos a la Tierra (o NEOs, por sus siglas en inglés) y aprender más sobre su composición, trayectorias y potenciales riesgos futuros.
Además, también servirá para que la comunidad científica se interese en comprender mejor cómo estos cuerpos celestes interactúan con la gravedad terrestre, un fenómeno que puede ayudarnos a mejorar nuestras predicciones sobre futuros encuentros con asteroides, ya sea que terminen orbitando nuestro planeta como minilunas o acercándose lo suficiente para necesitar un plan de defensa.
Por ahora, la visita de 2024 PT5 será breve, silenciosa y pasará desapercibida para la mayoría de la humanidad. Pero para aquellos que trabajan en el campo de la astronomía, esta miniluna temporal supone un valioso acontecimiento que no volverá a repetirse hasta el 2055.
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