El panorama fiscal que tiene Chile es complejo. En eso no hay dobles lecturas. Un reflejo de aquello es que en octubre el gasto público se aceleró y subió 11,8%, muy por sobre el 2,5% registrado en septiembre. Con ello, el crecimiento del gasto acumulado entre enero y octubre llegó a 6,1% y se alejó de la última proyección que entregó el Ministerio de Hacienda para este 2024, de 3,5%.

Si bien los ingresos en octubre aumentaron 14,8% anual, registrando una recaudación de $6.376.847 millones, lo que equivale a 2,1% del PIB estimado para el año, en el acumulado de 2024 registran una caída de 1,2% anual.

¿Qué tiene pasar para que se logre la meta? Los economistas plantean varios supuestos para poder estimar el escenario de lograr la meta de -1,9%. Lo primero es que los ingresos deben subir cerca de 38% para lograr la proyección de $70.123.258 millones. Hoy ese camino se ve pedregoso considerando que a octubre los ingresos acumulan una caída de 1,2%, y la última proyección de Hacienda es de un alza de 5,3%.

Mientras que, por el lado del gasto, los expertos afirman que si cumple la proyección de ingresos que tiene Hacienda, el gasto público debería caer entre 10% y 15%, pero en un escenario más realista y utilizando como base que los ingresos suben la mitad de lo que espera Hacienda, el gasto debe contraerse 30%.

Por ello, en lo que si hay coincidencia entre los expertos es que es prácticamente “imposible” que el gobierno logre la meta prevista de -1,9% del PIB, e incluso tampoco será fácil que se cumpla con la última proyección de octubre de cerrar el año con un balance estructural de -2,3%.

El exdirector de Presupuestos, Matías Acevedo, afirmó que “desde que se publicó el Informe de Finanzas Públicas que acompañó el proyecto de ley de presupuestos 2025 se sabía que la meta era imposible de cumplir. Estas cifras de la ejecución fiscal de octubre sólo lo ratifican”.

Para el economista “el gasto en los últimos dos meses del año debe caer cerca de un 30% para cumplir la meta de balance fiscal de -1,9 puntos del PIB. Esto considerando que los ingresos en los últimos dos meses crecen a la tasa de octubre que fue de 14,8%”.

La también exdirectora de Presupuestos, Cristina Torres, sostiene que “la meta de -1,9% del PIB es un escenario de una complejidad mayor, donde los esfuerzos no solo deberían venir por el lado del gasto, sino que también por una mejora en los ingresos. Si bien estos últimos se observan en mejoría en el último informe, dado su comportamiento, ello no sería suficiente. Respecto del gasto, este debería caer un 14% considerando la meta -1,9%”.

Un conocedor de estas materias explica que el “gran problema” que ha tenido Hacienda este año es que los ingresos han estado muy por debajo de los esperado y eso es lo que le ha jugado en contra de cumplir con sus metas fiscales. En ese sentido, enfatiza que en este caso no hay un exceso de gasto por parte del gobierno, sino que no tiene los ingresos para gastar lo que estaba contemplado.

Macarena García, economista de LyD entrega otro argumento para anticipar que no se cumplirá la meta fiscal: “De acuerdo a los datos históricos el gasto a octubre lleva un ritmo de ejecución coherente con un cumplimiento levemente superior al 100% de los presupuestado para el año”. En ese sentido, dice que “hay que recordar que en diciembre se ha ejecutado históricamente cerca del 14% por lo incentivos que tienen los distintos servicios, por lo que es muy difícil poner un freno al gasto en el último mes del año”.

Por ello dice que “tanto estos ingresos sobrestimados, como los gastos rígidos, llevarían a que el déficit estructural para el 2024 supere en más de 1,0% del PIB la meta de este año, por lo que en lugar de ser 1,9% del PIB, se ubicaría en torno a 3% del PIB”.

García menciona que “asumiendo que para alcanzar su meta de balance estructural de -1,9% del PIB en 2024 el gasto público debiera crecer bajo 2,5%, pero como ya lleva acumulado a octubre un crecimiento de 6,1%, los últimos dos meses el gasto debiera disminuir cerca de 10%, lo cual es prácticamente imposible”.

Se suma el economista del OCEC-UDP, Juan Ortiz, quien puntualiza que “el escenario es bien complejo, ya que, para lograr una contención del gasto, sería necesario una caída en términos reales en torno al 10% en promedio para los meses de noviembre y diciembre, que permitirían llegar a un nivel de gasto total cerca de los $75 billones. Esto considerando el ajuste fiscal de US$ 1.000 millones”.

Ortiz coincide en la opinión de que es poco probable que se logre la meta de -1,9% del PIB. “La meta de 1,9% del PIB para el balance cíclicamente ajustado, considero que no se lograra para este ejercicio fiscal de 2024″.

¿Y en 2025?

Si este año no se cumple la meta que Hacienda tiene escrita en el decreto fiscal de 1,9% del PIB, el camino para lograr reducir el déficit fiscal estructural a 1,1% en 2025 comenzará cuesta arriba. Así lo prevén los expertos quienes también ya comienzan a prever que ese nivel de déficit no se cumplirá.

“La meta del 2025 tampoco se cumplirá tal como señalé al inicio de la discusión presupuestaria y recientemente ha ratificado el FMI. Los ajustes en un año electoral, no se realizarán como se requiere para cumplir la meta”, dijo Acevedo.

García suma argumentos en esa dirección: “Para el próximo año el problema de los ingresos es doble. Esto porque toman como base los ingresos sobrestimados del 2024 a los cuales se les aplica una tasa de crecimiento de 8,5%, que no se condice con los supuestos macroeconómicos de una economía que crece cerca del 2,5%. Estos dos elementos llevan a sobrestimar ingresos para el 2025 que superan largamente el ajuste de US$600 millones en el gasto anunciados por Hacienda. Por tanto, difícilmente se logrará la meta del balance estructural para el 2025″.

Y Ortiz subraya que “para 2025 el escenario es más complejo, principalmente, por el componente del ingreso estimado para el próximo año. Un menor dinamismo en el margen este año impacta el nivel esperado de recaudación para 2025, principalmente a través de la operación renta”.

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