Stephen Hawking, uno de los físicos teóricos más influyentes de las últimas décadas, lanzó en 2017 una inquietante advertencia sobre el futuro de la humanidad. Según el científico, si el crecimiento demográfico y el consumo energético siguen al ritmo actual, la Tierra acabará convertida en una “gigantesca bola de fuego”. Esta predicción, realizada durante el evento Tencent WE Summit, ha cobrado relevancia en los últimos años, al alinearse con preocupaciones globales sobre el impacto humano en el planeta.

Conviene recordar que Stephen Hawking, fallecido apenas un año después de realizar su predicción del apocalipsis, no ha sido el único científico que se ha atrevido a poner fecha al fin del mundo. Por ejemplo, en 1704, Isaac Newton hizo lo mismo, mientras que en 1960 los que trataron de calcularlo matemáticamente fueron tres investigadores de Harvard.

En su intervención, Hawking destacó que el crecimiento descontrolado de la población y el uso masivo de recursos energéticos podrían hacer la vida insostenible en el planeta. “Para entonces, la población estará hombro con hombro, y el consumo de electricidad hará que la Tierra brille al rojo vivo”, afirmó. Además, señaló que la única forma de garantizar la supervivencia de la especie humana podría ser abandonar la Tierra y colonizar otros planetas.

La visión del físico no solo incluía riesgos climáticos. También mostró preocupación por el avance de la inteligencia artificial, los virus diseñados genéticamente y los conflictos nucleares. A pesar de estos desafíos, Hawking confiaba en el talento humano para desarrollar soluciones tecnológicas que mitigaran estas amenazas, siempre y cuando se actuara con responsabilidad.

La postura de la NASA para proteger el planeta

La NASA ha respaldado algunas de las preocupaciones planteadas por Hawking. En respuesta a estas amenazas, la agencia ha puesto en marcha iniciativas como la Red de Observación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOs), más conocida popularmente como sistema de defensa planetaria. Este mecanismo fue diseñado para identificar asteroides y cometas que puedan representar un peligro. En 2022, la misión DART logró desviar un asteroide de su trayectoria, lo que demostró la viabilidad de proteger nuestro hogar a través de la investigación espacial.

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