El telescopio espacial James Webb ha descubierto tres enigmáticas estructuras rojas en los confines del universo. Estos objetos, que se formaron hace más de 12.000 millones de años, presentan características únicas que podrían desafiar los modelos actuales sobre la evolución de las galaxias y la formación de los agujeros negros.

Los astrónomos han detectado que estos puntos rojos poseen un brillo extremadamente alto en el espectro infrarrojo y tienen un tamaño que representa solo el 3% de la Vía Láctea. Su naturaleza compacta y su intensa luminosidad han generado diversas hipótesis sobre su origen y evolución.

Posibles explicaciones sobre su origen

Entre las teorías planteadas, algunos investigadores sugieren que podrían tratarse de galaxias con una densidad estelar mucho mayor a la esperada en el universo primitivo. Esto indicaría que el proceso de formación de estrellas fue mucho más eficiente de lo que se había estimado hasta ahora.

Otra hipótesis plantea que estas estructuras podrían ocultar agujeros negros supermasivos en rápido crecimiento, rodeados de grandes cantidades de polvo cósmico. Este fenómeno explicaría su particular tono rojizo y la extrema luminosidad registrada en las observaciones espectrales.

En cualquier caso, el hallazgo ha generado un intenso debate en la comunidad científica, ya que estas estructuras no se asemejan a ninguna galaxia cercana conocida. Si se confirma que son galaxias ultracompactas, podría ser necesario reformular los modelos actuales de formación galáctica.

Por otro lado, si estos objetos albergan agujeros negros en proceso de crecimiento, el descubrimiento proporcionaría información clave sobre la evolución de estas estructuras en los primeros mil millones de años del universo.

/psg