Un nuevo estudio publicado en la revista Nature Astronomy ofrece una mirada reveladora sobre lo que realmente piensa la comunidad científica respecto a la vida extraterrestre. Lejos de ser simples titulares optimistas, el consenso sobre la existencia de vida más allá de la Tierra es fuerte y compartido por expertos de distintas disciplinas.
Entre febrero y junio de 2024, un equipo de investigadores encuestó a 1.055 científicos, incluidos 521 astrobiólogos —expertos que estudian el origen y la existencia de vida en el universo— y 534 profesionales de otras áreas, como la física y la biología. El resultado fue contundente: el 86,6% de los astrobiólogos y el 88,4% de los científicos no especializados en astrobiología creen que es probable que exista vida extraterrestre básica en algún lugar del universo.
Solo un pequeño porcentaje (menos del 2%) se mostró en desacuerdo con esta idea, mientras que el 12% adoptó una postura neutral, lo que sugiere que para la mayoría no se trata simplemente de especulación sin fundamento.
Más allá de lo básico: ¿vida compleja e inteligente?
La creencia en formas más avanzadas de vida también es mayoritaria, aunque menos contundente. Según el estudio, el 67,4% de los astrobiólogos cree que existe vida extraterrestre compleja, y el 58,2% considera probable la existencia de vida inteligente más allá de la Tierra. Entre los científicos no astrobiólogos, los porcentajes son similares.
Lo más relevante es el bajo nivel de desacuerdo incluso en estas categorías más debatidas: solo el 10,2% de los astrobiólogos descartó la probabilidad de que haya civilizaciones inteligentes fuera de nuestro planeta.
¿Es solo especulación?
Aunque no contamos con evidencia directa de vida fuera de la Tierra, los científicos participantes en la encuesta tuvieron la opción de expresarse con neutralidad si creían que estaban especulando. Aun así, la mayoría eligió manifestar una postura afirmativa. Esto sugiere que sus creencias están fundamentadas en evidencia indirecta o razonamientos científicos sólidos.
Los investigadores señalan que hoy se sabe que los entornos habitables son comunes en el universo. Ejemplos como Europa y Encelado —lunas con océanos subterráneos— o el pasado húmedo y atmosférico de Marte, refuerzan la idea de que las condiciones para la vida no son exclusivas de la Tierra.
Además, el simple hecho de que la vida haya surgido aquí indica que la abiogénesis (origen de la vida a partir de materia no viva) es posible, incluso si las condiciones precisas aún no se comprenden por completo.
Una mirada más realista y optimista
El estudio concluye que, lejos de los titulares exagerados o sin fundamento, el optimismo científico sobre la existencia de vida extraterrestre se basa en teorías, observaciones y modelos sólidos, aunque todavía falte una prueba definitiva.
La idea de que “no estamos solos” parece ser más que un deseo colectivo: es una hipótesis compartida por la mayoría de quienes estudian el universo con rigor científico.
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