Reproducimos a continuación la entrevista de Manuel Izuiquerdo y publicada en el sitio Ex Ante
-¿Cómo explicas la destitución de Esteban Valenzuela y la salida del FRVS del gabinete?
-Normalmente, en gobiernos de coalición, la indisciplina no se sanciona. Pero la salida de Valenzuela no tiene que ver con su gestión en Agricultura. Es una señal hacia el FRVS. No creo que hubiese inconveniente con la segunda lista. La molestia es por la presencia en esa lista de figuras como Germán Correa, (Miguel Ángel) Calisto, (Jaime) Naranjo y (Alejandro) Navarro.
Es una señal de que no hay impunidad electoral. Hubiera preferido señales de esta naturaleza antes, y no a seis meses de que termine el gobierno, pero bueno. Es una medida apropiada para que no se pierda nunca que la coalición también debe a lo menos escuchar los planteamientos de su jefe, que es el Presidente.
-¿Te parece que Nicolás Grau era adecuado para Hacienda? Jaime Quintana (PPD) lo tildó de “atípico para el cargo”.
-De los economistas que están en el Gobierno, Grau era alguien que tenía experiencia. No comparto la opinión de Quintana. No creo que haya atipicidades para el cargo. Lo que fue una grata sorpresa fue la incorporación de Álvaro García, que había estado con Tohá, fue bastante crítico del programa de siete páginas de Jara, e incluso había dicho que no quería incorporarse a ese comando.
-¿Cuál debiese ser la línea de la candidatura de Jara?
-Hay que salir a enfrentar a la derecha, y a Kast en particular, explicando que las propuestas de seguridad de la centroizquierda son competitivas y responden al principal problema de los chilenos. Partiría mostrando, pizarra mediante, lo que ha hecho este gobierno. El voto popular está muy influenciado por la seguridad.
Hay que salir a decir: “Esto es lo que hemos logrado. Este es el royalty, las 40 Horas, la Ley Karin, la Ley Papito Corazón, el alza del salario mínimo. Pero ahora queremos que no haya salarios, sino que el ingreso vital llegue a $750 mil, porque el 80% de la gente gana menos del promedio”. Eso hay que explicarlo casa por casa, plaza por plaza.
-¿Has visto un problema comunicacional en el comando?
-Todo ese enredo de que “no lo leí” o “me equivoqué”, ya es pasado. No hablaría más de eso. A propósito de errores, la candidata Matthei se mandó uno del porte de una catedral cuando dijo que era “inevitable” la matanza de dos mil chilenos, en el ’73 y el ’74. Nadie escapa de eso. Pero este tema de las siete páginas y las tres equivocaciones, se lo regalamos gratis a la derecha. Era completamente innecesario.
-¿Crees que Jara ha estado sola en su campaña?
-Los primeros días sí. Además le tocó un festival de foros en ambientes no muy exitosos. Esa cosa que fue de Moneda, con mil compadres, fue como hacer un puerta a puerta en La Dehesa. Fue una buena decisión que en vez de estar en el W o en el Hyatt, vaya a Cerro Navia, a San Ramón. Ahí está la gente que siempre ha votado por nosotros, y que hoy día una parte no está votando por nosotros. Es inconcebible perder en San Ramón.
-¿Cómo ves la tensión que hay entre Jara y la dirigencia del PC?
-En el PC han aflorado en los últimos años orientaciones distintas y eso se ha notado en las votaciones de la bancada. Cuando Jara encabezó la reforma previsional hubo muchas críticas de la derecha, pero en el diario la criticaron Manuel Riesco y Carmen Hertz.
-Una discrepancia fuerte entre Jara y la directiva del PC fue la candidatura de Daniel Jadue como diputado, que la abanderada no quería. ¿Te parece que ese hecho muestra una falta de liderazgo de ella en el partido, como han planteado sectores de derecha?
-Cuando ella dice que Jadue se dedique a su defensa, en la cultura comunista, demuestra un liderazgo espectacular. Cuando dice que el que redactó su programa en la primaria no va a ser parte de su comando está demostrando liderazgo en el sector más disciplinado de la izquierda.
-Una cosa es decirlo, y otra es que la directiva del PC la tome en cuenta.
-Es que tiene una posición pues. Logró una abrumadora mayoría en el comité central. Lo nuevo es que el monolitismo del PC ya no es tal.
-Algunos analistas plantean que la lista del FRVS-Acción Humanista podría obtener cerca de 10 diputados. ¿Lo compartes?
-Imposible. Puedes tener candidatos en todas partes, pero no necesariamente juntan la cantidad de votos para superar a la lista principal. Lo pueden lograr, pero es difícil. El problema es que el elenco es tan diverso que, una vez elegidos, es difícil ordenarlos.
-¿Cómo miras la apuesta de Kast?
-Kast le hace sentido a la derecha dura, para la que no hay que transar nada. Pero hay un mundo más conservador al que no le gusta que, en el marco de un gobierno de emergencia, Kast se olvide de colocar en su programa cosas valóricas muy importantes. La radicalidad de Kast está concentrada en seguridad ciudadana y radicalidad económica. Ni más ni menos que el director de Presupuestos de Piñera, Matías Acevedo, ha dicho que esto de que en año y medio puedas reducir el presupuesto en US$6 mil millones es completamente inviable.
-¿Y qué te parece su estrategia comunicacional, de cuidar sus apariciones y mantener un control sobre ellas?
-Es una estrategia muy bien elaborada. Pero el concepto del gobierno de emergencia y reducirlo a enfrentar la delincuencia y lo económico, y olvidarse de todo lo demás, le puede costar en los debates. Dejar de lado lo valórico es una ventaja inteligente, pero no es abordable durante cuatro años.
-¿Te inquieta que gane la derecha?
-Lo que importa es que la derecha gane con votos y no con balas. Vamos a pasar a segunda vuelta, eso está claro. Pero no basta con que Jara pase a segunda vuelta. Hay que ganar, y para eso no hay que ir a un foro en La Dehesa, sino meterse en el barro en Cerro Navia.
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