El debate por establecer multas al voto obligatorio de cara a las elecciones parlamentarias y presidenciales de noviembre ha provocado fuertes tensiones y acusaciones cruzadas entre el oficialismo y la oposición.

Pese a que el sufragio es formalmente obligatorio, la oposición sostiene que sin sanciones económicas, el sistema actual se convierte en un “voto voluntario encubierto”.

Proyecto de multa fue rechazado en la Cámara Baja

La propuesta impulsada por la diputada Joanna Pérez (Demócratas) fue rechazada este martes en la Cámara de Diputados, y ahora pasará al Senado sin incluir las multas de entre 0,5 y 3 UTM ($34.000 a $207.000) para quienes no concurran a votar. La iniciativa proponía aplicar esta sanción solo a ciudadanos chilenos, mientras que los extranjeros quedarían exentos de castigo aunque el voto también es obligatorio para ellos.

La oposición espera reponer esta disposición en el Senado, buscando llegar a noviembre con sanciones efectivas que motiven la participación masiva.

Acusaciones de “voto clientelar”

En medio del debate, el diputado Eric Aedo (DC) —vocero del comando de Jeannette Jara, la carta oficialista— acusó al Ejecutivo de buscar reinstaurar el “voto clientelar”.

“Lo que el Gobierno quiere hacer, en mi opinión, es simplemente volver a ese voto clientelar, de los nichos que manejan los municipios, los alcaldes, los caudillos políticos, a cambio de canastas familiares o premios para el bingo o de subsidios que entrega el Estado”, señaló.

Efecto electoral: voto obligatorio con multa vs sin multa

La discusión va más allá de lo normativo. El tipo de votante que se moviliza cambia radicalmente si hay multa o no. En un sistema con sanción económica, se activa el votante obligado, que no suele participar en elecciones, pero que sí lo haría para evitar la multa.

Esto amplía la base electoral, y según varios analistas, beneficia principalmente a los candidatos de derecha.

Encuestas: Kast y Matthei suben con el voto obligatorio

Según la encuesta Panel Ciudadano UDD (29 de agosto), las preferencias cambian según se trate del votante habitual o del votante obligado:

  • José Antonio Kast sube de 25% (habitual) a 31% (obligado)

  • Evelyn Matthei pasa de 12% a 17%

  • En contraste, Jeannette Jara cae de 34% (habitual) a 12% (obligado)

Jara rechaza las multas y acusa campaña basada en la rabia

La propia Jeannette Jara criticó la aplicación de multas en un foro de inversiones en el Hotel W: “Si me obligaran a hacer algo bajo la premisa de una multa, iría enrabiada a votar. Y parece que a algunos candidatos eso les gusta. Promueven más el enojo y la rabia. A lo mejor piensan que con eso pueden captar esos votos”.

Alta incertidumbre en caso de balotaje

La encuesta Criteria (31 de agosto) reveló altos porcentajes de votos nulos o blancos en escenarios de segunda vuelta:

  • Kast vs Jara: 20% votos nulos/blancos

  • Matthei vs Jara: 29%

  • Parisi vs Jara: 35%

En primera vuelta, esta opción ya representa un 9% del total.

¿Quién es el votante obligado?

Según Eugenio Guzmán, decano de la Facultad de Gobierno de la UDD, el votante obligado:

  • No consume política en su día a día

  • No conversa ni decide en función de la política

  • Comenzó a votar recientemente, con el retorno del voto obligatorio

  • Representa un grupo numeroso, con más de 5 millones de personas

Este grupo fue clave en el Plebiscito de Salida del 4S, y se caracteriza por su volatilidad política, votando por opciones opuestas en elecciones sucesivas.

Diferencias con el votante habitual

Según Roberto Munita, académico de la U. de los Andes y la UNAB, el votante habitual:

  • Está más informado

  • Cree en las elecciones como instrumento de cambio

  • Puede ser volátil, pero participa regularmente

“El votante obligado se mueve por emociones y dolores. En ese terreno, ni Matthei ni Jara han logrado entrar con fuerza. En cambio, Kast y Parisi han sabido conectar con ese electorado”.

¿Por qué la derecha se ve beneficiada?

Guzmán plantea dos hipótesis:

  1. Volatilidad del votante obligado: puede cambiar de elección en elección, sin lealtades ideológicas.

  2. Rechazo al oficialismo o al poder vigente: lo que “suene” a Gobierno o autoridad actual genera rechazo.

Por eso, señala, el oficialismo ha intentado marcar distancia del Gobierno actual en sus discursos de campaña.

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