A solo dos meses de las elecciones presidenciales en Chile, el candidato de Republicanos y el Partido Social Cristiano (PSC), José Antonio Kast, realizó una sorpresiva visita a la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, con quien mantiene una relación cercana desde 2019.
El abanderado de la derecha chilena viajó a Europa para conocer en terreno los detalles de la política migratoria italiana, una de las más duras del continente y que ha sido objeto tanto de elogios como de fuertes críticas a nivel internacional.
“Hoy hemos visto en Italia cómo el liderazgo firme de Giorgia Meloni ha logrado poner orden en la frontera, enfrentar la inmigración ilegal y devolverle seguridad a las familias. Esa es la inspiración que nos mueve: en Chile no vamos a seguir de brazos cruzados mientras miles de ilegales entran sin control”, afirmó Kast.
En esa línea, el candidato adelantó que la próxima semana presentará su propio “plan contra la inmigración ilegal” en Chile, basado en parte en el modelo italiano.
El modelo Meloni: control de fronteras, estado de emergencia y externalización
Giorgia Meloni, una de las principales figuras de la ultraderecha europea, asumió el poder en octubre de 2022 con un programa centrado en frenar la inmigración irregular, especialmente desde África a través del Mar Mediterráneo.
En abril de 2023, su gobierno decretó un estado de emergencia nacional en materia migratoria, medida inédita en este ámbito y que permitió:
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La expansión de centros de reclusión para migrantes sin autorización de residencia.
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El aumento del tiempo máximo de detención a 18 meses para fines de repatriación.
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La aplicación de procedimientos fronterizos acelerados para solicitantes de asilo provenientes de países considerados “seguros”.
Una de las medidas más polémicas fue el acuerdo con Albania, país al que se trasladan migrantes detenidos mientras se resuelve su situación migratoria. El gobierno italiano construyó centros de detención en suelo albanés, lo que ha generado fuertes cuestionamientos judiciales y éticos, especialmente por el alto costo de implementación y los obstáculos legales que han impedido su funcionamiento normal.
Resultados del modelo: fuerte reducción en ingresos irregulares
A pesar de las críticas, el gobierno italiano saca cuentas alegres: según cifras oficiales, en 2024 Italia redujo en casi 60% la llegada de migrantes irregulares, pasando de 162.714 ingresos detectados en 2023 a 66.766 en 2024. Esto ha desplazado al Mediterráneo Central como principal ruta migratoria en Europa.
Además, Meloni logró firmar un acuerdo con Túnez, mediante el cual la Unión Europea se comprometió a realizar millonarias inversiones a cambio de un mayor control migratorio por parte del país africano.
Todo esto se enmarca en el llamado “Plan Mattei”, presentado en 2024, que contempla 5.500 millones de euros en financiamiento para países africanos en áreas como educación, salud, agua, energía y agricultura, con el objetivo de reducir la migración en su origen.
Críticas y cuestionamientos: acusaciones de abuso y detenciones ilegales
Sin embargo, no todo ha sido respaldo al modelo italiano. En julio de 2024, Amnistía Internacional publicó un duro informe en el que acusa a Italia de “abusar de las detenciones” y violar derechos fundamentales de personas migrantes y solicitantes de asilo.
“Nos encontramos con personas racializadas, con problemas de salud mental, víctimas de violencia de género o persecución política, que estaban injustamente detenidas”, denunció Dinushika Dissanayake, directora adjunta de AI para Europa.
La ONG también criticó la falta de alternativas a la detención, el uso de jueces no profesionales y las condiciones inhumanas en algunos centros de reclusión.
A esto se suma el frenazo judicial al plan con Albania: en agosto de 2025, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea cuestionó la legalidad de la lista italiana de “países seguros”, lo que afectó directamente las deportaciones aceleradas y los acuerdos bilaterales.
Kast toma nota y sigue con atención la experiencia italiana
Desde su visita, José Antonio Kast ha reiterado su compromiso con una política migratoria más estricta en Chile y ha manifestado que Meloni representa un modelo de firmeza que se puede replicar, con adecuaciones, en el contexto chileno.
El anuncio de su “plan contra la inmigración ilegal”, previsto para la próxima semana, será una de las propuestas clave de su recta final de campaña presidencial, y se espera que incluya medidas en materia de control fronterizo, expulsiones rápidas y coordinación internacional.
Conclusión
La reunión entre Kast y Meloni no solo representa un gesto político internacional, sino también un señalamiento claro del tipo de liderazgo y políticas públicas que el candidato chileno busca emular en caso de llegar a La Moneda. Mientras tanto, el modelo italiano sigue generando debate en Europa y ahora también en América Latina.
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