La ola de “turbazos” en la Región Metropolitana ha encendido las alarmas en el Ejecutivo y en expertos en seguridad. Estos delitos, caracterizados por violentos asaltos a viviendas perpetrados por grupos numerosos de delincuentes, han registrado un preocupante aumento en las últimas semanas.

Entre las víctimas recientes figuran la concejala Marcela Poveda (IND.-DC) y el exjuez Claudio Pavez, exintegrante de la Corte de Apelaciones de San Miguel.

El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, reconoció que el Gobierno está “especialmente preocupado” por el incremento de este tipo de robos. En un punto de prensa, explicó que las policías han debido focalizar recursos en combatir las encerronas, lo que habría generado impactos en otros ámbitos de la seguridad.

Hechos violentos y víctimas fatales

Estos delitos no solo implican el robo de especies, sino que conllevan altos niveles de violencia, lo que en algunos casos ha derivado en muertes:

  • En San Bernardo, una adulta mayor falleció tras sufrir un colapso producto de la impresión al ser asaltada en su hogar.

  • En Lampa, un hombre de 35 años murió baleado durante un ataque de este tipo.

Condena histórica contra una banda

En paralelo, la Fiscalía Metropolitana Occidente consiguió la primera condena significativa por turbazos, con un total de 160 años de cárcel contra 10 integrantes de una banda.

  • Seis adultos recibieron 20 años de presidio cada uno,

  • Cuatro menores fueron condenados a 10 años cada uno.

Se les atribuye la autoría de al menos cinco asaltos cometidos desde 2024 en Pudahuel, Maipú y Quinta Normal.

Análisis de expertos: causas y riesgos

La académica Gloria Mancilla (Universidad de Talca) explicó que la focalización policial en las encerronas habría provocado un “desplazamiento criminal” hacia los turbazos, lo que responde a la lógica de la oportunidad. “Los grupos buscan escenarios con menor control y mayor rentabilidad, lo que explica la irrupción de un delito de alto impacto social”, advirtió.

El penalista Mario Palma (Universidad Finis Terrae) señaló tres factores que analizan las bandas:

  1. Oportunidad: fechas festivas en que muchas viviendas quedan solas.

  2. Datos: información previa sobre objetos de valor (joyas, cajas fuertes, dólares).

  3. Escaso control policial: sectores periféricos con menor vigilancia y fáciles vías de escape.

Por su parte, el académico de la Usach, Diego Hernández, enfatizó que estos delitos se concentran en la periferia de Santiago, donde existe menor contingente policial, y que las bandas actúan con gran número de integrantes.

Posibles soluciones

Mancilla recordó experiencias en países como Colombia y Brasil, donde se crearon fuerzas policiales especializadas, combinadas con inteligencia criminal y patrullajes focalizados en puntos críticos.

Palma pidió acciones urgentes del Ministerio de Seguridad Pública junto a alcaldes, policías y fiscalía, destacando la necesidad de un análisis territorial eficiente para un plan de acción inmediato.

Finalmente, Hernández subrayó que en sectores con menos dotación policial se deben aplicar nuevas técnicas de prevención para evitar que este fenómeno se normalice y escale.

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