El liderazgo en las encuestas de José Antonio Kast (Republicanos) y Jeannette Jara (Partido Comunista), que ha desplazado a Evelyn Matthei (UDI) al tercer lugar de las preferencias, ha reabierto un antiguo debate en la política chilena: ¿sigue existiendo el centro político? ¿O ha sido reemplazado por polos más marcados?
El surgimiento de Jara como la carta fuerte de la izquierda ha despertado tanto apoyos como resistencias dentro y fuera del oficialismo. Militante comunista, su candidatura ha generado tensión en sectores más moderados, especialmente durante las primarias, donde el «anticomunismo» volvió a instalarse como eje de debate. Sin embargo, desde que su nombre fue confirmado para la papeleta de noviembre, su comando ha buscado proyectar una imagen más convocante y unitaria, logrando incluso que la Democracia Cristiana (DC) se plegara a su opción.
Por otro lado, José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, ha transitado desde una derecha considerada inicialmente como “extrema” hacia una retórica más moderada, sin abandonar sus ejes conservadores. Su objetivo: ampliar su base de apoyo y consolidarse como la figura dominante del espectro de derecha.
¿Y el centro? Matthei, la figura intermedia en un escenario polarizado
En este nuevo escenario, Evelyn Matthei, apoyada por Demócratas, Chile Vamos y Amarillos, aparece como la carta que muchos asocian con el “centro político”, aunque con un claro ADN gremialista. Para algunos, representa una derecha de centro. Para otros, ese centro está vacío y no existe como proyecto ideológico real.
El periodista Edgardo Marín, en una columna publicada el domingo en El Mercurio, sostuvo que aunque muchos sienten que el centro ha desaparecido, este no está realmente vacío.
“La naturaleza no acepta el vacío, decía Aristóteles”, recordó Marín, y agregó: “Puede que sea por eso que Evelyn Matthei aparece ocupando hoy ese espacio”.
Expertos: “El centro político como lo conocimos ya no existe”
Tomás Duval, analista político de la Universidad Autónoma, advierte que seguir pensando en un centro político como el de los años 90 o 2000 sería “un error costoso para cualquier candidatura”. Explica que el centro actual ya no está condicionado por la política partidista, dado el largo declive de los partidos de centro.
“Los nuevos votantes obligados son más pragmáticos y menos ideológicos. En un escenario polarizado, hay una mayor demanda por discursos más genuinos desde los extremos”, afirma Duval.
Por su parte, Kenneth Bunker, académico de la Universidad San Sebastián, es categórico: “No hay un centro político propiamente tal. Está absolutamente erosionado y colapsado. Hace muchos años que no hay partidos políticos de centro”.
Para Bunker, el actual sistema electoral y las reformas institucionales han contribuido al deterioro de ese espacio, reemplazado por la polarización y la búsqueda de soluciones extremas en tiempos de crisis.
“Simplemente no es atractivo ser un político moderado. Hoy, los votantes prefieren propuestas más radicales, porque la urgencia de los problemas empuja a extremos”, señala.
¿Centro político o centro electoral?
Ricardo Hernández, del Instituto Res Publica, coincide en que hoy no existe un verdadero centro político.
“No hay un proyecto ideológico propio que lo sustente. Lo que existe son políticos que se autodenominan de centro, pero que no logran despertar una adhesión real ni popular ni electoral”.
Hernández subraya que estos actores suelen presentarse como moderados, pero su discurso no deja de ser una versión atenuada de posturas de izquierda o derecha.
La experiencia del 2021 y el espejo de 2025
Los expertos también comparan el escenario actual con lo vivido en 2021, cuando Yasna Provoste y Sebastián Sichel, entonces considerados figuras del centro político, no lograron llegar a la segunda vuelta. En su lugar, avanzaron Gabriel Boric y José Antonio Kast, representantes de los extremos ideológicos.
“Este año pasa algo similar”, apunta Bunker. “La izquierda está representada por Jeannette Jara, del Partido Comunista, y la derecha por Kast. Matthei sería la única figura que podría representar al votante de centro, pero ese centro ya no existe institucionalmente”.
Bunker también hace una distinción relevante: “Los votantes de centro siguen existiendo, pero no los partidos de centro. Las personas buscan opciones moderadas, pero muchas veces terminan votando por candidatos que representan soluciones más extremas”.
Conclusión: el centro, ¿una ilusión electoral?
Con un electorado obligado a participar, menos ideologizado y más inclinado hacia soluciones concretas, los expertos coinciden en que el centro político como espacio organizado ha desaparecido. Sin embargo, el votante moderado sigue siendo clave en el resultado electoral.
Y en ese contexto, Evelyn Matthei aparece como la figura que más se aproxima a ese electorado. Aunque, como bien indican los analistas, eso no asegura la victoria ni garantiza la existencia de un centro político con peso real y duradero.
/psg