Hay testimonios cada vez más numerosos de militares, ex-funcionarios del gobierno y pilotos que afirman que la realidad de los fenómenos aéreos no identificados (UAP) trasciende la mera curiosidad y entra en el terreno del secreto oficial.
Testimonios inquietantes
-
Luis Elizondo, exfuncionario del Departamento de Defensa de EE.UU., declaró: “Los UAP son reales… tecnologías avanzadas no hechas por nuestro gobierno — ni por ningún otro — están monitorizando instalaciones militares sensibles alrededor del mundo”.
-
Ryan Graves, piloto de la Marina de EE.UU., relató que sobre la costa de Virginia Beach en 2014 se encontró con un objeto que “flotaba a pesar de vientos de huracán” y que “no habíamos visto nada parecido jamás”.
-
David Grusch, antiguo oficial de inteligencia, afirmó que existe un “programa de recuperación de UAP” secreto que ha aprobado materiales “posiblemente de origen no humano”.
La supuesta ocultación oficial
Muchos de los testimonios coinciden en un punto clave: los gobiernos ocultan información relevante al respecto. Como señala Elizondo, “una clasificación excesiva ha llevado a graves injusticias contra civiles y personal militar… todo para esconder que no estamos solos en el cosmos”.
A su vez, algunos informes indican que sólo una pequeña fracción de los avistamientos por pilotos se reportan oficialmente, lo que genera un vacío de transparencia que alimenta la sospecha.
¿Por qué ocultar algo así?
Las razones apuntan a múltiples frentes: desde la seguridad nacional, la ventaja tecnológica hasta el temor a pánico social. Algunos ex altos mandos han sugerido que revelar que existen objetos capaces de maniobrar más allá de nuestra tecnología crearía un efecto disruptivo en la opinión pública.
“Si dijéramos la verdad —que hay objetos en nuestra atmósfera técnicamente muy por delante de lo que podemos desplegar—, que no tenemos medios para detenerlos, que no tenemos defensa contra ellos… la gente se asustaría.”
Este tipo de declaración, aunque no siempre públicamente verificada, refleja el ambiente de confidencialidad que rodea el tema.
¿Qué tan creíbles son estas afirmaciones?
Aunque las declaraciones provienen de personas con credenciales importantes, los organismos oficiales como All‑Domain Anomaly Resolution Office (AARO) del Pentágono han concluido hasta la fecha que no han encontrado “evidencia verificable de que un UAP representara tecnología extraterrestre ni que el gobierno poseyera tecnología de origen no humano”.
Esto genera un choque claro entre la versión oficial y las denuncias de quienes piden una revelación mayor.
En definitiva, mientras algunos ex altos funcionarios y testigos directos exigen transparencia total sobre objetos que, aseguran, “no son de este mundo”, los gobiernos mantienen que no pueden confirmar pruebas concluyentes de vida extraterrestre o tecnología no humana. La pregunta queda flotando en el aire: ¿estamos ante un encubrimiento coordinado o ante testimonios que aún no encuentran respaldo definitivo?
/psg



