La elección del distrito 7 (Valparaíso, Viña del Mar y Concón) no solo asignó un escaño parlamentario, sino que coronó una de las transformaciones político-culturales más emblemáticas del ciclo electoral. Sebastián Zamora, el ex carabinero de 27 años absuelto en el «Caso Pío Nono», logró convertirse en diputado con 25.755 votos (4.6%), asegurando el segundo cupo para el partido Republicano en la zona. Su victoria representa la cristalización electoral de una narrativa de «víctima del sistema» y la canalización del descontento con la gestión del orden público durante el estallido social.
De Acusado a Electo: La Construcción de un Símbolo Político
El camino de Zamora al Congreso está inextricablemente ligado a los eventos del 2 de octubre de 2020. Su imputación por homicidio frustrado – una figura jurídica que analistas consideraron desproporcionada frente a opciones como cuasidelito – y su posterior encarcelamiento preventivo de cinco meses, lo transformaron de un carabinero anónimo en un símbolo público. La petición de ocho años de cárcel por parte de la fiscal Ximena Chong y su baja de Carabineros por un procedimiento administrativo (llevar una cámara personal) consolidaron una narrativa de persecución institucional.
Esta percepción fue alimentada por la inmediata politización del caso por figuras de alto perfil. La entonces diputada y actual vocera de gobierno, Camila Vallejo, se sumó a la querella, mientras que el entonces diputado Gabriel Boric calificó el acto como un «intento de asesinato». Estas declaraciones, ahora recuperadas en el contexto de su victoria, son vistas como el origen de un «efecto rebote» que galvanizó a un electorado crítico de lo que percibió como una criminalización de la labor policial.
La Ingeniería de una Candidatura: De Repartidor a Diputado
Tras su salida de Carabineros, la vida de Zamora transitó por trabajos informales (call center, repartidor), un periplo que su campaña posteriormente enfatizaría como un vínculo con la realidad ciudadana. Su ingreso a la política en 2023 no fue casual: fue mediado por su abogada y la diputada Republicana Chiara Barchiesi, quien lo reclutó primero como practicante y luego como asesor. Este periodo fue crucial para su formación política y su inserción en las redes de José Antonio Kast, cuyo anuncio de la candidatura de Zamora le otorgó la plataforma nacional definitiva.
Su insistencia en competir en el distrito costero donde creció – una negociación que revela un temprano instinto político – le permitió enraizar su campaña en un territorio familiar, distanciándose simbólicamente de un cálculo frío de la maquinaria partidaria.
El Contrapunto: La Derrota de Elisa Loncon y el Fracaso del Simbolismo Convencional

En un paralelo cargado de significado, la noche electoral también deparó la contundente derrota de Elisa Loncon, la expresidenta de la Convención Constitucional, en su aspiración al Senado por La Araucanía. Con 39.221 votos (6.0%), quedó a 976 votos de obtener un escaño. Su fracaso marca el ocaso político del liderazgo más icónico surgido del proceso constituyente fallido y representa un rechazo explícito a su diagnóstico sobre la conflictividad en la zona.
Sus declaraciones de agosto, afirmando que «no hay terrorismo» en La Araucanía – omitiendo la nueva ley antiterrorista y los procesos judiciales en curso –, evidenciaron una desconexión con la percepción de inseguridad y la realidad jurídica de la región. Esta postura, contradictoria con las acciones querellantes de su propio gobierno de apoyo, la situó en una vereda ideológica distante del electorado práctico, que premió la experiencia y el perfil más moderado del reelecto senador Francisco Huenchumilla (DC).
Conclusión: Dos Destinos que Definen un Ciclo Político
La dualidad Zamora-Loncon encapsula la transición del ciclo político chileno. Por un lado, la victoria de Zamora demuestra la potenteficacia de las narrativas que se posicionan contra lo establecido, capitalizando el malestar con las élites y la defensa de la «mano dura». Por el otro, la derrota de Loncon señala el límite de la política puramente simbólica y el agotamiento del relato que emergió triunfante en la Convención. Juntos, estos resultados grafican un electorado que, lejos de las abstracciones ideológicas, vota en función de percepciones de seguridad, orden y eficacia gubernamental, redefiniendo los contornos del poder legislativo para los próximos años.
- Esta noticia fue redactada utilizando los adelantos técnicos propios de este sitio web. Se acepta cualquier reproducción en otro medio, ojalá citando la fuente:www.eldiariodesantiago.cl
/gap



