El ilusionista Jean Paul Olhaberry se convirtió en una de las figuras más comentadas del cierre de la Teletón 2025, sorprendiendo a miles de asistentes en el Estadio Nacional con una rutina que combinó participación del público, emoción y precisión matemática. El número también contó con la presencia de Alan García, el niño embajador de esta edición, quien acompañó parte del espectáculo.

La dinámica continuó con un tercer año elegido por otra persona del público: 2020. Ese número fue multiplicado por 4032, dando como resultado 8.144.640. A ese total se sumó una cifra de nueve dígitos escrita al azar por otro espectador: 292980384, lo que arrojó el número final 301.125.024.
En ese momento, el público aún no comprendía el propósito de la operación, hasta que Olhaberry separó los dígitos revelando la fecha y hora exactas: 30 del 11 del 25, 00:24 horas. “Este instante la Teletón se llena de magia”, declaró ante una audiencia que reaccionó con asombro, algunos llevándose las manos a la cabeza por el impacto del truco.

Olhaberry explicó a Las Últimas Noticias que el número es fruto de un extenso proceso creativo. “Es un trabajo de años. Son rutinas que fui tomando de mi historia, dije para el Estadio Nacional tiene que ser algo participativo, con el público y que todos lo puedan vivir en sus casas. Y además que fue significativo”, afirmó.

El ilusionista agregó que el efecto realizado con celulares era un número que llevaba tiempo perfeccionando: “La magia colectiva, lo de los celulares es un número que estaba haciendo hace años y que estaba guardando para un evento importante y cuando me invitaron al Estadio Nacional dije aquí es el momento, que todo Chile lo viva, en todas partes, y que se marque un hito”.

Consultado sobre cómo logra estos efectos, el artista destacó la combinación de múltiples disciplinas: “La magia mezcla muchas cosas, ciencia y tecnología. Yo trabajo con muchos artistas buscando cosas nuevas y siempre estoy investigando. Es un acto que tiene que ver con investigación sobre tecnología, sobre la mente de los espectadores, las emociones y se forma esta dramaturgia. Es un golpe emocional”. También detalló que el proceso implica ensayo constante: “Hay mucho entrenamiento, mucha práctica, nos metemos a investigar y probar muchas veces una secuencia, el timing (…) hay veces que puede no resultar y hoy era una posibilidad, pero se marcó el número exacto y fue emocionante”.

Respecto a si trabaja con algún matemático, Olhaberry comentó que sus ideas se han nutrido de diversas conversaciones: “Me encontré muchas veces con el profesor José Maza y puedo decir que las conversaciones con él me inspiraron para hacer este tipo de acto. Esto no fue trabajado puntualmente con un matemático, pero sí con personas con las que voy planteando temas imposibles sobre cómo modificar la realidad a través de la ilusión y cómo la ciencia entra en el arte”.

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