El cobre, principal producto de exportación de Chile, volvió a sorprender a los mercados internacionales al dispararse hasta un nuevo récord cercano a los US$13.000 por tonelada este lunes en la Bolsa de Metales de Londres (LME), lo que equivale a US$5,9 por libra.
El repunte se produjo en una sesión volátil, tras la reapertura de la LME luego del feriado de Navidad, extendiendo un impresionante rally de fin de año impulsado por las crecientes preocupaciones sobre un suministro más ajustado.
Un repunte extraordinario
- Los precios llegaron a subir 6,6% en los primeros minutos de negociación, la mayor ganancia intradiaria desde 2022.
- Posteriormente retrocedieron, para cotizar alrededor de un 2% más altos hacia media mañana en Londres.
- En contraste, los futuros en Nueva York cayeron, luego de haber repuntado un 4,7% el viernes, mientras la LME permanecía cerrada.
Este último repunte corona un año extraordinario para el cobre, que se encamina a su mejor desempeño desde 2009.
Factores detrás del alza
El avance ha estado marcado por:
- Interrupciones imprevistas en minas.
- Incertidumbre en torno a la política comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
- Presión inédita sobre las fundiciones a nivel mundial.
En diciembre, los precios en la LME han avanzado más de un 10%, mientras los inversores apuestan a que una carrera por enviar metal a Estados Unidos antes de posibles aranceles de importación dejará al resto del mundo con escasez de suministro.
Advertencias de analistas
No obstante, algunos expertos advierten que el rally podría estar sobrevalorado.
- Wu Kunjin, jefe de investigación de metales básicos en Minmetals Futures Co., señaló: “Todavía parece que todo esto se basa en expectativas”.
- En China, el mayor consumidor de cobre, varias plantas de fabricación han reducido o detenido su producción debido a los altos precios.
Decisión clave en EE.UU.
El presidente Donald Trump deberá decidir a mediados de 2026 sobre la imposición de aranceles al cobre refinado.
- Ante esa posibilidad, grandes operadores han enviado volúmenes significativos de metal a Estados Unidos, reduciendo las existencias en el resto del mundo.
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