Desde hace más de seis décadas, los científicos han estado escudriñando el cielo en busca de señales de vida más allá de nuestro planeta. A pesar de sus esfuerzos, aún no han encontrado evidencia concluyente de la existencia de civilizaciones extraterrestres.

Sin embargo, a lo largo de estos años también se han recibido señales que, si bien no se han comprendido del todo, podrían ser un indicio de comunicación extraterrestre. Aún no hay nada concluyente al respecto.

Detectando vida inteligente

La búsqueda de señales extraterrestres, conocida como SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence), ha sido un tema apasionante que ha capturado la imaginación de millones de personas alrededor del mundo. A lo largo de los años, se han utilizado diversos métodos y tecnologías para tratar de detectar posibles señales de vida inteligente en el espacio.

Una de las estrategias más utilizadas en la búsqueda de señales extraterrestres es el análisis de radiofrecuencias. Se han construido radiotelescopios gigantes capaces de escanear el cielo en busca de patrones o señales que puedan ser interpretadas como mensajes de otras civilizaciones. A pesar de décadas de investigación, hasta el momento no se ha encontrado una señal definitiva que pueda confirmar la existencia de seres extraterrestres.

Exoplanetas y mensajes recibidos

Otro método utilizado en la búsqueda de vida extraterrestre es la exploración de exoplanetas, es decir, planetas que orbitan estrellas fuera de nuestro sistema solar. Gracias a la misión Kepler de la NASA y otros telescopios espaciales, se han descubierto miles de exoplanetas en nuestra galaxia que podrían albergar vida. Sin embargo, la detección de vida en estos mundos distantes sigue siendo un desafío.

Además de la búsqueda activa de señales extraterrestres, también se han recibido algunos supuestos mensajes o señales del espacio que han despertado la curiosidad de la comunidad científica. Uno de los casos más famosos fue el conocido como la «señal WOW», detectada en 1977 por el radiotelescopio Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio. Esta señal, que duró 72 segundos, presentaba un patrón peculiar que sugería una posible comunicación extraterrestre. Sin embargo, nunca se ha podido confirmar su origen y sigue siendo un misterio hasta el día de hoy.

La misteriosa señal WOW

Una mañana común, Jerry Ehman, un astrónomo colaborador del proyecto SETI, estaba revisando los registros de la computadora del Observatorio Big Ear en busca de señales extraterrestres.

Fue entonces cuando se encontró con algo sorprendente: una señal desconocida que había sido captada la noche anterior, el 15 de agosto de 1977, a las 23:16 hora local. Esta señal fue catalogada con el código «6EQUJ5».

La sorpresa de Ehman fue aún mayor cuando se dio cuenta de que la señal alcanzaba una frecuencia extremadamente alta, aproximadamente 30 veces más fuerte que el ruido normal del espacio profundo. Esta intensidad inusual dejó perplejo al astrónomo, quien declaró en una entrevista posterior que nunca había visto una señal tan potente antes.

Sin embargo, lo más desconcertante de esta señal fue que, a pesar de su intensidad y singularidad, nunca se repitió. Durante décadas, los científicos han intentado desentrañar el misterio detrás de esta señal, conocida popularmente como la señal WOW!, pero hasta el día de hoy su origen sigue siendo desconocido.

Un hallazgo intrigante

La señal WOW! no es la única que ha llamado la atención de los científicos. Investigadores del SETI, cuya labor se centra en la búsqueda de vida extraterrestre inteligente, se han encontrado con otras sorpresas. Tiempo después de la señal WOW!, reportaron el descubrimiento de otra señal proveniente de fuera de la galaxia.

Esta nueva señal, que se ha estado repitiendo, presenta características nunca antes vistas. El fenómeno se encuadra en una categoría conocida como “ráfagas rápidas de radio” (FRB, por sus siglas en inglés).

Según la información proporcionada por la Real Sociedad Astronómica, los FRB son destellos extremadamente brillantes de luz de radio que duran solo milisegundos. Los investigadores, utilizando un xilófono para convertir los datos recibidos, lograron traducir la información en sonidos.

Este proceso propició un descubrimiento sorprendente: la señal de ráfaga rápida de radio (FRB) difería notablemente de las detectadas anteriormente. A diferencia de las señales FRB típicas, que tienden a disminuir gradualmente en tono a medida que avanzan, esta señal presenta un patrón único: comienza con tonos agudos y termina con tonos graves.

El hecho de que esta señal provenga de fuera de la galaxia sugiere la posibilidad de que existan fenómenos cósmicos aún desconocidos para nosotros. Sin embargo, tomar en cuenta que la señal se repite añade un elemento de intriga. Se especula con la idea de que puede ser un mensaje proveniente de una civilización inteligente.

Sin evidencias

Hasta el momento, no existe ninguna evidencia real de que se haya producido una señal extraterrestre que provenga de otras formas de vida. Expertos de la Universidad de Lausana, en Suiza, han señalado que la falta de señales extraterrestres no implica la ausencia de vida inteligente en el universo.

En realidad, la Tierra podría estar atrapada en una especie de burbuja cósmica que bloquea las ondas de radio emitidas por otras formas de vida en el cosmos. Claudio Grimaldi, autor de la idea, indica que solo hemos estado buscando señales extraterrestres durante seis décadas, un período relativamente corto en términos cósmicos.

Grimaldi también hace hincapié en la importancia de la paciencia en este proceso. Reconoce que las probabilidades de detectar señales extraterrestres en los próximos 60 años son bastante escasas. Por lo tanto, insta a los investigadores a mantener una actitud perseverante y a no desanimarse por la aparente falta de resultados inmediatos.

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