Su nombre técnico es C/2023 A3, aunque es más conocido por su nombre coloquial, Tsuchinshan–ATLAS, que hace mención a los dos observatorios que lo detectaron.

Se trata de un cometa de la Nube de Oort, descubierto por el Observatorio de la Montaña Púrpura en Tsuchinshan, China en febrero el 9 de enero de 2023 y encontrado de forma independiente por Sudáfrica el 22 de febrero de 2023 por ATLAS, la sigla en inglés del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre, un observatorio de reconocimiento astronómico robótico y un sistema de alerta temprana optimizado para la detección de objetos próximos a la Tierra más pequeños, unas pocas semanas o días antes de un posible impacto.

Se verá a simple vista y podría ser el más brillante en décadas: esperado “cometa del siglo” se acerca a la Tierra

Los astrónomos predicen que el cometa alcanzará su máxima cercanía con la Tierra el 27 de septiembre de 2024 (perihelio) a una distancia de 0,39 UA, lo que podría generar que sea visible a simple vista. Incluso, cuando lo haga, podría ser tan brillante como Venus en el cielo nocturno, lo que lo hará más fácil verlo a simple vista.

Por ahora, en su viaje al sol, el cometa solo es visible con telescopios mientras se sitúa entre las órbitas de Marte y Júpiter. El cometa cada vez brilla más, por lo que los astrónomos son optimistas a que se pueda ver a simple vista.

Los cometas visibles a simple vista son muy difíciles de predecir con antelación, pero se espera que éste brille sustancialmente durante octubre y posiblemente llegue a ser tan brillante como Venus en el cielo nocturno. Eso lo convertiría, de acuerdo a los astrónomos, en el “cometa del año” y posiblemente del siglo.

En enero de 2024, el cometa se había iluminado hasta una magnitud aparente (que cuantifica el brillo de una estrella o cuerpo celeste observado desde la Tierra) de 13,6, lo que es un índice bastante alto y, que ya es visible a través de telescopios de 15 pulgadas con un aumento de x142.

El cometa se movía entonces a través de las constelaciones de Libra y Virgo. A finales de abril había aumentado su brillo hasta aproximadamente una magnitud 10 (mientras más baja la cifra, mayor su brillo aparente) y podía observarse a través de pequeños telescopios, mostrando una cola corta.

A mediados de junio, el cometa entrará en la constelación de Leo en el cielo nocturno, y después se perderá en el resplandor del Sol hasta finales de septiembre, cuando los astrónomos esperan comience a ser visible a simple vista.

Un time-lapse del cometa C/2023 A3 (Tsuchinshan-ATLAS) capturado el 10 de mayo de 2024

Según Juan Carlos Beamin, astrónomo de la Fundación Chilena de Astronomía (Fuchas) y conductor del podcast Conversemos de Astronomía, “es muy posible que podamos ver este cometa a simple vista durante octubre, principalmente a partir del 15 de octubre aproximadamente y hasta el final del mes”, dice, aunque aclara que ello “siempre y cuando sobreviva a su paso más cercano al Sol”.

Añade que su brillo sería suficiente para ser divisable incluso desde ciudades grandes, aunque en esos casos probablemente solo como un punto de luz.

Recomienda que para ver más detalles lo mejor es siempre buscar cielos con poca contaminación lumínica, alejado de ciudades grandes.

Dice que para poder observarlo, se debe mirar justo tras la puesta del Sol hacia el oeste, cerca de las constelaciones de la Serpiente y Ofiuco y el mejor horario es a partir de las 20.30, pero idealmente en torno a las 21.00.

Lo que sí es claro, es que será más visible desde el hemisferio sur, y se predice que habrá aumentado su brillo hasta alcanzar lo que los astrónomos llaman “segunda magnitud”.

El 9 de octubre de 2024, el cometa estará a 3,5 grados del Sol. Aparecerá en el cielo nocturno a mediados de octubre.

El potencial “cometa del año” se está iluminando y le está creciendo una cola, lo que significa que cuando haga su paso esta primavera, el cometa de período largo con una órbita de 80.000 años podría resaltar tanto como su vecino terrestre Venus, la “estrella” más brillante del cielo nocturno.

En los últimos años, dos cometas fueron eregidos como potenciales espectáculos celestiales. A principios de febrero de 2023, el cometa C/2022 E3 (ZTF) fue apodado el “Gran Cometa Verde”, que pasó cerca de la Tierra y luego, el cometa 12P/Pons-Brooks llamó la atención por su propensión a experimentar llamaradas repentinas. aumenta en brillo y parece expulsar apéndices gaseosos que se asemejan a cuernos, dando lugar así al apodo de “Cometa Diablo”.

Estas dos vistas, del 27 de abril (arriba) y del 5 de abril de 2024, resaltan la evolución reciente del cometa. Foto: Gianluca Masi / Proyecto Telescopio Virtual 2.0

Sin embargo, ambos cometas eran difíciles de ver a menos que estuvieran situados bajo un cielo oscuro y sin contaminación lumínica. E incluso a través de buenos binoculares o un pequeño telescopio, ambos eran bastante tenues, apareciendo nada más que débiles y borrosas manchas de luz.

La mayoría de los cometas que se originan en la nube de Oort suelen terminar siendo un fracaso, aunque inesperadamente, algunos, como el cometa Neowise en 2020, brillan nítidamente.

Por ello, un legendario experto en cometas, el Dr. Fred Whipple, dijo una vez que ”si debes apostar, hazlo a un caballo, no a un cometa!”.

Pero esta vez, los astrómomos están muy esperazados en que el cometa C/2023 A3 se transforme en un auténtico espectáculo celestial.

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