Era un visionario y un soñador. En su cabeza, muchos robots volaban en una sociedad completamente inmersa en la ciencia y la tecnología, una especie de mundo altamente desarrollado que ha dominado el progreso y el desarrollo de la humanidad. No es de extrañar que nuestro héroe ya devorara de niño muchas revistas de ciencia ficción, que encontraba en la misma tienda que tenían sus padres cerca de Brooklyn, Estados Unidos. Hablamos de Isaac Asimov, el gran escritor de ciencia ficción y divulgador de la ciencia.

Una capacidad asombrosa para prever el futuro

Asimov cuenta en su haber con un gran legado de obras de diversa índole, que abarcan desde novelas y cuentos hasta ensayos y conferencias públicas y, en muchas ocasiones, incluía predicciones muy interesante sobre avances tecnológicos y cambios sociales de cara al futuro. Lo más sorprendente de todo ello es que casi la mitad de estas predicciones hechas por el escritor y también profesor de bioquímica de origen judío y ruso y nacionalizado estadounidense, es que casi la mitad de estas predicciones se han hecho realidad, lo que ilustra la combinación única de conocimiento científico y previsión imaginativa del autor.

Pero, ¿en qué acertó exactamente? Entre sus innumerables contribuciones, sus predicciones sobre el futuro destacan por ser particularmente proféticas. Destacamos algunas de ellas:

Predijo que las TV serían sustituidas por pantallas en las paredes

Tras visitar la Feria Mundial de Nueva York de 1964, en su ensayo «Visita a la Exposición Universal de 2014», Asimov imaginó un mundo donde «los televisores serán reemplazados por pantallas en las paredes y podremos ver fotografías y textos en las pantallas». Es una predicción que ciertamente se convirtió en realidad gracias a los televisores de pantalla plana y pantallas digitales que disponemos hoy día. Las pantallas en las paredes se han convertido en un objeto prácticamente omnipresente en hogares, oficinas y espacios públicos. Además, respecto a su segundo vaticinio, la llegada de los smartphones, las tabletas y los monitores de ordenador también ha hecho posible ver fotografías, textos y vídeos en todo tipo de pantallas tal y como anticipó el genio.

También escribió que «las comunicaciones serán audiovisuales y uno podrá ver, además de escuchar a la persona a la que llama», y que sería posible «llamar a cualquier punto de la tierra, incluyendo las estaciones meteorológicas en la Antártida».

Predijo que habría plantas de energía solar en los desiertos

Asimov también previó el desarrollo de «grandes plantas de energía solar que funcionen en zonas desérticas y semidesérticas». Y, tal y como sabemos, hoy en día es fácil encontrar enormes instalaciones de energía solar repartidas por los desiertos de todo el mundo, desde el desierto de Mojave en Estados Unidos hasta el desierto del Sáhara en África. Estas granjas solares aprovechan la abundante luz solar de las regiones áridas para generar energía limpia y renovable, como el complejo solar Noor en Marruecos. Su visión sobre el potencial de la energía solar forma parte desde hace tiempo de las estrategias actuales de energía renovable.

Predijo una sociedad con robots

Aunque aún no vivimos en un entorno en el que cruzarse con un robot por la calle sea la norma, en sus obras fundamentales, incluida “Yo robot”, o “Bóvedas de acero”, Asimov predijo que «los robots existirán, aunque no serán comunes ni muy buenos». Lo dicho, aunque no sean tan avanzados ni empáticos como los robots de las historias de Asimov (de obligatorio cumplimiento es citar a Daneel R. Olivaw), los robots actuales sí que llevan a cabo una gran cantidad de tareas, desde el campo de la cirugía médica (robots quirúrgicos) hasta tareas de montaje, entretenimiento e, incluso, guías turísticos de museos. En un futuro no muy lejano, es bastante probable que la idea de Asimov de robots muy especializados e inteligentes formen parte de nuestro día a día. Aunque aún estemos lejos de ese escenario.

Predijo naves espaciales no tripuladas a Marte

El genio de la ciencia ficción también imaginó un mundo en el que «se habrán lanzado naves espaciales no tripuladas a Marte, pero no una misión con astronautas». Esta predicción se ha hecho realidad a través de las múltiples misiones robóticas que la Tierra ha enviado a Marte, realizadas por agencias espaciales como la NASA y la ESA. Nuestro vecino planeta rojo está bastante concurrido en cuanto a rovers se refiere; muchos inactivos y algunos de ellos totalmente operativos como Perseverance de la NASA. El enviar una misión tripulada a Marte ya no nos resulta tan ajeno después de los grandes avances de la nave Starship de SpaceX, aunque también quedan muchos pasos por dar todavía. Primero hay que volver a pisar la Luna.

Tal y como hizo en su momento el padre de la ciencia ficción, Julio Verne, son sus obras como “Veinte mil leguas de viaje submarino” o “De la Tierra a la Luna” o “La vuelta al mundo en ochenta días”, incluía predicciones de un mundo con submarinos avanzados, viajes espaciales con tripulación humana (como harían después las misiones Apolo un siglo después), y viajes aéreos, como viajar en globo, entre otras ideas que un día formaron parte del ideario de ciencia ficción de Verne y acabaron convirtiéndose en realidad.

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