Escuchar la voz trémula de emoción de Roberto Zúñiga, diciendo que podía morir tranquilo por haber tenido la oportunidad de volver a compartir con amigos de hace 52 años, además de la expresión de afecto de todos, incluso, “justificando” -resabios de una cultura machista, que nos enseñaba a los hombres a reprimir la expresión de nuestros afectos- que esta edad podíamos expresar lo que sentíamos, me lleno de emoción, y, me hizo retroceder en el tiempo, específicamente al año 1972, historia que les paso a relatar.

Los hombres amorosos

Jamás pensé que una entrevista que me hizo una periodista de EMOL, conformaría parte de una extraordinaria experiencia con un grupo de amigos, ex compañeros de universidad y del Pensionado Universitario.

Hombres con un promedio de setenta años expresando sus sentimientos de afecto, de amor, de alegría por un reencuentro lleno de reminiscencias, de experiencias comunes, algunas dolorosas, otras alegres, pero por, sobre todo, con un sentimiento de felicidad por sí mismos y por el otro.

Poder estar ahí, era y es un grito silencioso de triunfo, de un:

  • ¡Lo Logramos!
  • Esa sensación indescriptible que llena nuestra alma de hombres cuando sentimos que pudimos vencer todos los obstáculos que se oponían a nuestros propósitos.
  • Verse reflejado en el otro es algo que pocas veces he visto.
  • La posibilidad de haberlo vivenciado con quienes inicié mi lucha por ser en quién me he convertido, y al mismo tiempo de;
  • Poder disfrutar de sus logros, de los frutos de sus esfuerzos, vale mil viajes y más.
  • Esta foto en las afueras del ex pensionado, hoy conservatorio de música, de la cual, no quise estar, ya que era, su lucha, sus tiempos, expresa claramente lo señalado, esa alegría en esos rostros transformados por el tiempo, pero, felices y orgullosos de sí mismo, trasciende la fotografía

Significantes y significados

La referida entrevista versaba sobre mi análisis respecto a que el metrosexual estaba en involución, y que había surgido el hombre metrotextual, que se caracteriza porque:

  • Envía besos y frases de cariño a sus amigos a través de mensajes de texto, lo viviría en una experiencia fantástica con un grupo de amigos, excompañeros de Universidad.

Así, se develaba, el que cada vez es más patente el giro masculino hacia la sensibilidad, que esta sucediendo con el hombre y sus afectos.

  • Te extraño, Te quiero o un beso -escrito con una x- ha surgido como una nueva manera masculina de demostrar cariño a sus pares, apareciendo así otro tipo de hombre, más allá del clásico metrosexual: el metrotextual.

Revuelo

Esta entrevista causó revuelo internacional, en España y en casi toda Sudamérica reprodujeron tal entrevista, o fue republicada con comentarios de todo tipo, incluyendo algunos que expresaban resabios de un machismo:

  • ¡¡¡“¡¡¡¡Hombres amorosos, puaj”!!!!

Pues bien, en ella planteaba lo siguiente y así lo relató la periodista:

  • “El mundo está girando hacia la afectividad, tanto para hombres como para mujeres”, asegura el terapeuta familiar Víctor Sforzini, quien destaca no sólo un cambio social tendiente a dirigir los comportamientos hacia el amor, sino que también el giro en el rol varonil desde la liberación femenina:
  • Ellos se han puesto más pasivos y femeninos, y ellas más masculinas y activas.

“Este es un proceso adaptativo e impulsado por los medios, por las necesidades y los fracasos que estamos teniendo en el mundo y nos estamos dando cuenta que el amor es la salvación del hombre”, dice.

  • Es así́ como, según Sforzini, aparecen en las mismas películas el nuevo prototipo de un hombre bastante alejado de la imagen del macho que besa a su hembra, mientras ella casi se desmaya en sus brazos.
  • “Hoy vemos que es la mujer la que toma la iniciativa. El hombre se muestra más pasivo, dispuesto a recibir lo que ella quiera darle.
  • Es algo transversal a la relación de hombre y mujer en un montón de cosas y en diversas culturas”, cuenta.

En el hogar o entre los pares, para Sforzini, la feminización del hombre es un hecho, un proceso evolutivo que tiene sus bases en los cambios que la mujer ha tenido en su rol social.

Y aunque no lo quiera juzgar para bien o para mal, sí destaca que:

El pasado, el comienzo, año 1972

El pensionado

A poco de estar en Punta Arenas, se me acercan algunos condiscípulos que me dicen:

  • “Sabemos que tu no tienes problemas para mantenerte aquí, pero, necesitamos tu solidaridad, ya que, existen algunos que viven en precaria situación, derivada de la capacidad económica de sus padres.
  • Vamos a tomarnos la Casa del Deportista, recién inaugurada, para presionar a las autoridades de la universidad sobre la necesidad de un hogar universitario”.
  • Pues bien, no podía negarme, y aquí comienza una historia que ha marcado el corazón de muchos de nosotros, ya que, las vivencias de, en mi caso, un par de meses con mis pares, generó sentimientos que estuvieron latentes durante todos estos años, y que;
  • En el reencuentro en nuestra querida Punta Arenas, gracias a la gestión de un grupo de excompañeros de universidad y pensionado, especialmente de Néstor Muñoz y Elizabeth su querida esposa, quienes pusieron su corazón, su casa a nuestra disposición.

El ayer

Desgraciadamente, perdí el rastro de la mayoría excepto de Rubén Rodríguez y Francisco Neira, por lo que, a pesar de regresar a Punta Arenas en dos ocasiones:

  • La primera a dictar un curso de Hipnosis para profesionales de la salud, dónde a pesar de ser entrevistado por la prensa, la radio y la televisión local, no tuve contacto alguno con mis ex, https://www.youtube.com/watch?v=4xGG83A1WqA
  • La segunda, para jugar el Campeonato Nacional de básquetbol como seleccionado de Santiago.

Expresando sentimientos

Después de mi primera visita, publiqué lo siguiente (año 1988), veinte seis años después de mi partida de Punta Arenas, lugar dónde comencé a luchar y construir mi devenir:

  • “Una noche de otoño de 1972, en el mes de marzo, llegué a Punta Arenas tras mi primer sueño. Ser Ingeniero Químico, del Petróleo y Petroquímico.
  • Conocí grandes personas y desarrollé las herramientas que traía en mi «mochila» para consolidarme en el mundo.
  • Por todo lo que viví, amo Punta Arenas.

Años más tarde, aproximadamente 26, vuelvo convertido en «alguien». Y esa misma radio que tantas veces miré desde la calle, me invita a su programa más importante, haciéndomela llegar al Hotel Cabo de Hornos. Son los signos que demuestran lo acertado de las decisiones y los frutos de la lucha.

  • Los abajo señalados y tantos otros que faltan, son vitales compañeros de ruta de aquellos años. Les comparto con cariño este logro, que encontré en el baúl de los recuerdos, por lo que representa para todos los que empezamos a luchar juntos por la vida, o los que hicieron más fácil y feliz el camino, como es el caso de Leoncio Urra, Ivo Radic Rakela. Gracias 🤝 y a quienes me dieron cariño, afecto y sostenimiento afectivo, todo mi corazón.

Sostenimiento afectivo, los hombres amorosos

Escuchar la voz trémula de emoción de Roberto Zúñiga, diciendo que podía morir tranquilo por haber tenido la oportunidad de volver a compartir con amigos de hace 52 años, además de la expresión de afecto de todos, incluso, “justificando” -resabios de una cultura machista, que nos enseñaba a los hombres a reprimir la expresión de nuestros afectos- que esta edad podíamos decir lo que sentíamos, me lleno de emoción, y, me hizo retroceder en el tiempo, específicamente al año 1972, historia que les paso a relatar:

Punta Arenas 1972

1º Parte

Consumada la toma, llegamos a ocupar las dependencias de la Casa del Deportista, la que, después de conversaciones y negociaciones, se acordó que podríamos ocuparla por un determinado tiempo.

  • Aunque no recuerdo sus nombres, y, seguramente, la mayoría de ellos descansan en paz, rindo tributo al cariño y el esmero con que nos atendieron; el administrador, el nochero, el cocinero y todos los trabajadores de la recién inaugurada Casa del Deportista, que fue construida para recibir distintas delegaciones deportivas y culturales que llegaban Punta Arenas.

La convivencia que marcó nuestros corazones

  • Comenzamos a interaccionar, a conocernos, a intimar;
  • Coexistíamos como un grupo de adolescentes y adultos jóvenes buscando construir un futuro, nuestro futuro;
  • Para muchos, la posibilidad de ser los primeros universitarios, los primeros que lograrían un título universitario en su familia, por ende, con una tremenda carga emocional e intelectual sobre sus hombros;
  • Sabemos, que el hombre ha sobrevivido por nuestra necesidad y capacidad de unirse, de asociarnos, de luchar juntos por metas comunes;

Nosotros no fuimos la excepción, pero, teníamos una ventaja inicial que fue definitiva:

  • Éramos todos buenas personas, excepto una manzana podrida, que no por casualidad el grupo le puso “manzanita”.
  • Esa, nuestra condición, más los desafíos, nuestra calidad humana, nos unió en un sentimiento que cual urdimbre empezó a tejer y tejer los lazos de afectividad que nada, ni el cruel tiempo logro destruir.

Pues bien, tuvimos una convivencia llena de:

  • Afectos;
  • Apoyos mutuos;
  • Largas tertulias no exentas de críticas siempre bien intencionadas buscando hacernos reflexionar sobre comportamientos y/o toma de decisiones.
  • Fueron meses de intensa camaradería, de enfrentarnos -la mayoría- a nuestra primera experiencia lejos del hogar protegido.

Punta Arenas 1973-2023

2º Parte.

La historia por lo menos para mí termina meses después, porque la universidad se vio obligada a buscar un lugar donde trasladar a todos quienes vivíamos en la Casa del Deportista. El trato había sido ese.

  • Nos fuimos a una casa ubicada en Bulnes 345, en la cual me mantuve por dos semanas. ¿La razón? Las precarias circunstancias de vida. Un solo baño par cerca de 15 a 20 personas, colchones o colchonetas y durmiendo tirados en el piso.
  • Me quedé el tiempo suficiente ya que, se necesitaba mostrar un quorum que le diera sentido a la existencia de un hogar universitario.
  • La mayoría tuvo que aceptar quedarse en esas condiciones, pues no contaban con los medios económicos para ir a pensión, hotel o lo que fuera.
  • Conjuntamente con todo esto, decido no continuar mis estudios en dicha ciudad, motivo por el cual, me cambio a otra ingeniería en Santiago, pero, eso irrelevante a nuestra historia.

Básicamente ambos hechos, de mi decisión ulterior, determinan quedar fuera de la narrativa, de las vicisitudes, peripecias y circunstancias que vivieron todos mis compañeros de ruta, pero, que, al reencontrarme con ellos, no puedo más que sentirme orgulloso de mis amigos, puesto que:

  • Lograron sus metas;
  • Se titularon;
  • Conquistando grandes cosas en lo profesional, económico y familiar;
  • Muchos se radicaron en la zona, alcanzando grandes puestos de gerencia y otros en ENAP y/o realizando sus labores profesionales de ingenieros, contadores etc., en empresas de la zona;
  • Los que emigraron, también lograron triunfar, es algo que no me canso de repetir, me llena de orgullo por mis amigos;
  • La felicidad de un amigo, es nuestra felicidad;
  • Traspasaron su experiencia de lucha a sus hijos, quienes han prosperado bajo la fuerte y sólida sombra que ellos consiguieron para sí mismos y descendientes.

El reencuentro, emociones que fluyen

Creo amigo lector, que muchos de ustedes, han vivido la experiencia del reencuentro con personas importantes de sus vidas años más tarde.

  • En el caso en comento, tuve la posibilidad de vivenciarlo tanto como parte de la narrativa y asimismo como espectador, ya que, a muchos de ellos no los conocía, razón por la cual, no había experiencias mutuas, no existía un pasado que reverberará en el presente.

Por tal razón, les relataré ambas vivencias:

  • Todo comienza con el viaje en avión, donde pude vivenciar la alegría de compartir con José Castro, (Pepe) para los amigos, a quién efectivamente no veía desde el año 1972.
  • El abrazo que nos fundió, borró de un santiamén esos años de ausencia.
  • La llegada a Punta Arenas, otra situación para llenarme de sentimientos, Luis Arriaza, para quien yo era un perfecto desconocido, me ofrece su casa para hospedarme esos días, y, además, gentilmente nos va a buscar al aeropuerto, gracias amigo.
  • Luego, el reencuentro con Néstor Muñoz, estudiante en ese entonces de primer año de Petroquímica como el suscrito, fue otro gran momento.
  • Al aproximarme escucho un grato grito de exclamación “Cuesco” -así me llamaban en ese entonces- y;
  • Por un instante mágico, ya no éramos quienes somos hoy, volvíamos a ser aquellos mozalbetes y;
  • Descubres, percibes que el tiempo se puede derrotar;
  • El afecto, el cariño, el amor lo consigue.
  • Antes de estos grandes acontecimientos, había tenido la oportunidad de una emotiva junta con Ruperto Solar, otro compañero de carrera. Pucón el año pasado nos había brindado esa gran oportunidad, vivenciando de igual manera todo lo relatado anteriormente.

 

Como espectador

Lo que experimenté en este caso, solo lo había visto en el curso del año 1945, de la Escuela Militar, del cual mi padre fue parte.

  • En ellos vi un nivel de compañerismo y afectos poco comunes, que duró toda la vida, tan así, que tenían un boletín mensual que informaba de todo y de todos;
  • Estado de salud incluyendo a sus cónyuges;
  • Si alguno había fallecido;
  • Se reunían una vez al año en Santiago, con sus respectivas cónyuges durante una semana a lo menos, estrechando y manteniendo los vínculos generados desde cadetes;

Mis nuevos amigos

Les decía que fui espectador del encuentro entre ellos, y la verdad quedé gratamente impresionado, el cariño que les une, va más allá de haber vivido las peripecias de la falta de recursos que no les permitió vivir sólo preocupados del rendimiento académico.

  • Existe entre todos un cariño sano, verdadero, auténtico de hombres bien nacidos como decían nuestros abuelos.

Lo que reflejó totalmente el espíritu de mis antiguos y nuevos amigos, queda al descubierto al haber invitado a la asistente social de esa época, la Sra., Elisa Rojas, que por todo lo que pude apreciar:

  • Fue una profesional y una mujer que estuvo junto a ellos en su lucha por su justa ambición de prosperar y satisfacer sus necesidades materiales e inquietudes intelectuales, procurándoles toda la ayuda viable dentro de sus posibilidades.
  • Ella viajó para compartir con nuestro grupo, tan especial, único.
  • El hecho de querer ella estar presente, por una parte, y de haber querido que ella estuviera, por la otra, refleja quienes son los actores que se merecen estas líneas que ahora escribo;
  • Con el convencimiento de que somos ignorantes de cuantas emociones, reflejadas en alegrías, tristezas, esperanzas y sufrimientos hay detrás de aquellos que intentan torcer la mano al destino y que tienen la fortaleza interior para soportarlo todo y no claudicar jamás como es el caso de todos nosotros queridos amigos;
  • Por último, también se preocuparon de invitar a don, Luis Águila, (“Lulo”) quien nos entregaba las cartas que con ansias esperábamos de nuestros seres queridos para llenar aquellos vacíos que antes atiborraban con su presencia física.

Palabras de Elisa Rojas, ex Asistente Social, post encuentro:

Estas líneas escritas por nuestra ex Asistente Social, creo que refleja claramente la historia que les estoy contando:

  • “Queridos ex alumnos y amigos del ex Pensionado Bulnes, y en forma especial, a los gestores que organizaron con gran acierto y cariño, este inolvidable encuentro, de ex residentes del hogar Universitario Bulnes de Punta Arenas.
  • Ahora es noche, y tranquilidad de mi hogar, rememoro algunas vivencias que juntos compartimos en un pasado lejano; alegrías y recuerdos muy difíciles de olvidar.
  • Quisiera, además, agradecerles a todos y cada uno de Uds. el cariño y afecto que recibí durante nuestra visita conjunta al antiguo ex hogar Bulnes, vuestra compañía durante la visita a nuestro ahora ausente, y jamás olvidado amigo, Luis Medina; los gratos momentos compartidos con todos y cada uno de Uds. en torno a la buena mesa, los brindis de unión y alegría, las palabras de afecto y cariño, las los gestos, las invitaciones, los recuerdos, etc.
  • Un reencuentro único, que, sin duda alguna, se convertirá en un inolvidable bálsamo de luz, alegrías, recuerdos y vivencias únicas, que   jamás podremos olvidar.
  • Es, por cierto, mi mas sentido anhelo que todos y cada uno de Uds., continúen unidos en redes de unión y apoyo mutuo, y disfruten en alegría los nuevos encuentros y grandes alegrías que les depare el futuro.
  • Un abrazo fraterno, a todos y cada uno de Uds.
  • Infinitas

Creo que esto describe a todos los actores presentes en este encuentro-reencuentro, -para muchos-, después de cincuenta y dos (52) años

Mi prolífica vida en Punta Arenas

Punta Arenas significó mucho en mi vida, en equivalencia fue como el primer amor, el que realmente te estremece todo.

  • Era mi primera vez solo en la vida.
  • Empezar a buscar mi propio camino, a definir el devenir.
  • Como decía mi amigo Néstor, mi puntaje daba para estudiar lo que quisiera, sin embargo, creí que era lo mío, más, mis convicciones reales estaban en otra parte;
  • Quería otros horizontes y partí, dejando una parte de mi para siempre en Punta Arenas, en cada lugar, en cada persona con la que compartí.

En el intertanto:

  • Canté en coro del conservatorio de Punta Arenas
  • Formé parte y actué en grupo de teatro de la Universidad. FARTUM
  • En la foto, están compañeros del pensionado, tales como Ángel Fuentes que hacía el papel del sacerdote en la sátira y José Castro, además del suscrito y nuestro Director Q.E.P.D Nelson Angelo y el gran Nelson Antonin, un actor extraordinario.

  • Jugué básquetbol por la selección de la Universidad
  • Jugué por Italiano de Punta Arenas, equipo del gran don “Pepe” Tenore
  • Dicté charlas en el Aula Magna de la Universidad auspiciado por Extensión y Comunicaciones.
  • Formé y dirigí PETUR, – (Petroquímica Trabajo Universitario Remunerado)- para ayudar a los compañeros de carrera que tuvieran problemas económicos, para ello, por contactos familiares, ya que, mi abuelo había sido gobernador del distrito que incluía desde Malleco hasta Punta Atenas.

Corolario

De vuelta en casa, con toda la hermosa experiencia a flor de piel, escribí lo siguiente al grupo:

“Queridos amigos, ya en casa, con el corazón henchido por los sentimientos que hicimos circular en estos días y que llenó nuestras vidas no sólo de recuerdos, también de un presente real, concreto.

  • No saben la profunda alegría que siento al verlos felices, realizados, orgulloso de haber compartido parte de su lucha en la vida, tal como ustedes vieron y sintieron la mía.
  • Nunca ha cobrado más sentido para mí -al ver vuestro presente- aquella frase que dice “Yo soy yo y mis circunstancias, y si no las salvo a ellas, no me salvo yo”.
  • Por otra parte, quiero agradecer a Luis, el haberme abierto las puertas de su casa, sin conocerme, y, por todas sus atenciones que en realidad fueron muchas y con un afecto imborrable a estas alturas de nuestras vidas.
  • A mi gran ex-compañero de carrera y amigo Néstor y su señora Elizabeth, quienes se esmeraron por hacer que, esta reunión de ex-compañeros de lucha por vivir y sobrevivir, en una sociedad llena de arbitrariedades e injusticias sociales, resultará lo que fue;
  • Una llena de amor sano entre hombres que, estamos mirando con un ojo lo que fue y logramos, y con el otro, con cierto grado de angustia, lo poco que queda para emprender el viaje final;
  • Un abrazo para todos que lleva mis respeto, admiración y cariño por cada uno de ustedes”.

Como reflexión final puedo decir:

  • Viví experiencias increíbles junto a seres humanos especiales, de verdad, fui muy afortunado de conocerles amigos, de estar junto y con ustedes, antes y ahora.

Esta es parte de la letra de una canción que dice cosas de sentido común, pero, no por ello menos cierta, sirve para que valoremos la presencia de todos en nuestras vidas:

Parte de letra de la canción abrázame

“Abrázame que el tiempo hiere y el cielo es testigo

Que el tiempo es cruel y a nadie quiere por eso te digo

Abrázame que el tiempo pasa y ese no se detiene

Abrázame muy fuerte que el tiempo en contra viene

Abrázame que dios perdona, pero el tiempo a ninguno

Abrázame que no le importa saber quién es uno

Abrázame que el tiempo pasa y él nunca perdona

Ha hecho estragos en mi gente como en mi persona

Abrázame que el tiempo es malo y muy cruel amigo”. Juan Gabriel.

  • Por último, deseo que esta columna sea el eco de muchos seres humanos que de una u otra forma están o estarán viviendo nuestra experiencia, pero que, y aquí me siento afortunado, no tienen la oportunidad de plasmar en una columna, la historia, los sentimientos de tan hermosa vivencia, y para todos mis excompañeros del pensionado:
  • Un abrazo virtual para todos hasta la eternidad, gracias por todo, y como despedida con un hasta siempre, les dejo esta sentida canción de Nina Simone Everything Must Change.

https://youtu.be/9EQdwK3ZB10?si=oE7iPigFSpzFkofu

En la foto de portada quedó retratado lo felices que fuimos en esos días de reencuentro en nuestra querida y añorada Punta Arenas.

 

 

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